AIunque el Coliseo sea por su capacidad, adecuación y buena gestión, el recinto “santo y seña” de A Coruña, para albergar conciertos y espectáculos multitudinarios, la ciudad tiene una “red” de locales, privados y públicos, que permiten el desarrollo de una actividad cultural diversa, en el caso de estos últimos, Rosalía, Ágora, Fórum Metropolitano y Coliseo, ahora se ve reforzada por un quinto recinto, el teatro Colón que gestionará también el Ayuntamiento al ser cedido por parte de la Diputación al IMCE durante dos años, prorrogables a otros dos.
Es sin duda una buena noticia. Uno que en los años 60 del pasado siglo –allá por los tiempos de Maríacastaña– se adentró en las procelosos mares musicales, sonríe de satisfacción recordando la hambruna que padecían artistas creadores y público “consumidor”, ante la escasez de locales, no solo para mostrar sus obras, sino incluso pare realizar los ensayos correspondientes. En lo musical, los grupos y artistas de aquel entonces se quejaban, y con toda la razón, de que apenas había locales donde actuar.
Esa sequía fue cambiando poco a poco con los años y fueron llegando locales y recintos gota a gota, hasta el día de hoy, donde existen locales con programaciones musicales estables, que, sumados a los que albergan conciertos ocasionales, confeccionan un mapa musical envidiable en el que las propuestas musicales y escénicas tengan “un amplio habitat”, aunque se corra el riesgo de llegar a solaparse. En el caso de los cinco recintos ahora gestionados por el Ayuntamiento a través del IMCE, en función de las capacidades, tendrá que hacer un organigrama que les permita destinar a cada uno a los artistas y espectáculos que mejor encajen .Un trabajo de planificación que, según el concejal de Culturas, José Manuel Sande, ya está en marcha diferenciando perfiles para que el engranaje funcione.
Pero, siempre hay un “pero”... ¿habrá público para tantos locales? Con la euforia que se vive de “entradas agotadas con meses de antelación”, uno puede pensar que sí,... pero..., todo dependerá de las programaciones correspondientes, aunque hay que tener en cuenta que algunos de ellos estén destinados al fomento de la creación local y del idioma gallego, lo cual reportará indudables beneficios culturales y no económicos. No cabe duda de que el “tinglao” que se le viene encima al IMCE es considerable, de ahí el anunció de que el Instituto Municipal Coruña de Espectáculos sufrirá, para que el engranaje funcione, una reestructuración designando a un director que tome perspectiva del conjunto.