Los Presupuestos Generales del Estado para 2016 elaborados por el gobierno de Rajoy contemplan la primera partida de 27 millones de euros que permitirá licitar y empezar la obra de conexión ferroviaria al puerto Exterior de Caneliñas. A nadie hay que explicar la importancia de esta actuación para dotar de competitividad a nuestra rada exterior, y para garantizar la intermodalidad y la operatividad de la terminal de contenedores.
Los que ahora critican la inversión en el tren a Caneliñas, y la califican de electoralista, debieran recordar que el gobierno de Rajoy, que llegó a la Moncloa en diciembre de 2011, se encontró el proyecto paralizado desde el año 2005. Parado desde 2005 hasta diciembre de 2011. Seis años, sin un solo avance en la etapa de gobierno socialista, cuando se negaba la crisis y se invertía en proyectos de escasa rentabilidad. Y por eso tiene mayor mérito, que en estos años de grandes dificultades económicas, el gobierno de Rajoy, mantuviese su empeño en este proyecto, finalizando el estudio informativo del tren, realizando su tramitación ambiental y ordenando la licitación, adjudicación y redacción del proyecto constructivo. Unos trámites imprescindibles, para que el tren al Puerto pueda ser una realidad en las próximas tres anualidades, y para que, en 2016, comience efectivamente su construcción.
Por eso, las críticas de los de siempre son más inconsistentes y huecas que nunca. Las del PSOE y también las de Izquierda Unida, Esos que no hicieron cuando se podía, son los que ahora saldrán a criticar lo que sea y como sea.
Usarán la excusa del trazado, obviando que su determinación fue una cuestión técnica, que además fue seleccionado durante el mandato de José Blanco como Ministro de Fomento. Ese que no puso ni un euro para este proyecto, y que ahora está tan ocupado en el proceso de sucesión sobrevenida en el PSdeG-PSOE. Lo único cierto es que, mientras unos y otros critican, hay un gobierno que ha consignado 27 millones de euros para construir una conexión ferroviaria que será determinante en la consolidación del puerto exterior como motor económico de una comarca que no puede depender en exclusiva del naval.