Había 17.000 policías movilizados en Estambul, por temor a un atentado terrorista en Nochevieja. Aunque no está confirmado, todo parece indicar que un solo hombre, armado con un fusil automático, asesinó a 39 personas y produjo más de sesenta heridos.
Todo parece indicar que en la medida que el llamado Estado Islámico pierde la guerra en su territorio se van a implementar los atentados terroristas. Nuevas formas que son difíciles de detectar y combatir. Lobos solitarios y utilización de camiones pesados para atropellar peatones en zonas de afluencia de ciudadanos en celebraciones especiales. Ya no es necesaria la existencia de células organizadas, disponer de explosivos o armas sofisticadas.
En Europa, la amenaza terrorista está complementada con el incremento de populismos que entienden que la laxitud en la política de acogida de refugiados es la causante del implemento de las amenazas terroristas. Francia y Alemania entran en año electoral con la amenaza de que partidos populistas xenófobos puedan llegar a alcanzar la presidencia de estos dos países claves de la Unión Europea. Hay otros focos de populismos y de derivas derechistas en otros países de la antigua órbita soviética.
Con el terrorismo diarista y el populismo está ocurriendo lo que pasaba en España con ETA y el golpismo en los primeros años de la transición democrática. Cada vez que ETA llevaba a cabo un atentado se incrementaba el ruido de sables en la sala de banderas.
Hoy los atentados terroristas cargan el arma del Populismo, de tal manera que el yihadismo fortalece las expectativas de los partidos populistas y duplican el efecto del terrorismo.