Tras un fin de semana de descanso, sin competición liguera, la plantilla del RC Deportivo volvió a enfundarse el mono de faena ayer en una sesión vespertina que contó con el retorno al grupo de Miku y Diego Villares.

El primero de ellos alterna desde la pasada semana actividad individual y colectiva debido a una lesión en la zona aductora que arrastra desde el pasado encuentro ante el Guijuelo —cuando se lesionó durante el calentamiento—.

Por su parte, el canterano Villares no pudo finalizar el entrenamiento del pasado viernes debido a una fuerte contusión en la rodilla, de la que se encuentra recuperado.

La única ausencia en el ensayo de ayer fue la del central Derik Osede, que está siendo dosificado por los servicios médicos de la entidad de la Plaza de Pontevedra. Así, ni siquiera saltó al terreno de juego de la Ciudad Deportiva de Abegondo, con un plan personalizado de recuperación consistente en actividades de gimnasio en solitario, bajo la supervisión de Fran Molano.

El fabrilista Adri Castro estuvo, como es habitual este curso, con el primer equipo; el meta juvenil Brais también pudo exhibirse en el escaparate del conjunto profesional herculino.

El entrenador deportivista Rubén de la Barrera podría disponer de todo su arsenal para afrontar el decisivo encuentro frente al Pontevedra del próximo fin de semana.

Sin futbolistas sancionados y con la enfermería vaciándose, el míster tendrá a priori mucho en donde elegir este próximo fin de semana.

Diferentes tareas

Durante los aproximadamente 90 minutos de duración del entrenamiento de ayer, el plantel incidió en varios aspectos, como un ejercicio de fuerza, una tarea de finalizaciones —una faceta del juego en la que el equipo debe mejorar sus números como sea— y, para concluir, un partido de acoplamiento disputado a tres cuartas partes de campo.

La escuadra blanquiazul proseguirá hoy optimizando sus ajustes tácticos.