La nueva sede de Padre Rubinos en Los Rosales constituye uno de los proyectos solidarios más importantes de la historia de la ciudad. En la institución la han recibido como un reto a la eficacia de su gestión y la responsabilidad solidaria que lleva ejerciendo desde hace casi un siglo.
¿Cómo está avanzando la obra de la nueva sede?
De manera vertiginosa. Hay un interés mayúsculo por parte de la Fundación Ortega en dar cumplimiento a los plazos previstos inicialmente. Es significativo y especial el trato que nos están dando por parte de la fundación.
¿Cuando habla de la fundación también se refiere al propio Amancio Ortega?
Por supuesto. Es un hombre que está muy preocupado por la situación social y económica que se está viviendo en la actualidad, de ahí que su fundación centre las actuaciones en problemas sociales, sin perjuicio de otras actividades. Estamos muy agradecidos, no solo por la donación económica, sino por el cariño, el celo y el mimo con que viene él mismo vigilando la ejecución de las obras.
¿Entonces, podemos decir que no solo se ha limitado a donar los fondos, sino que también se interesa por que el proyecto salga bien?
Efectivamente. La Fundación Ortega no solo hace la donación, a través de sus propias empresas también lleva a cabo la construcción de la edificación. Y reitero el cariño especial con que Amancio Ortega y su esposa, Flora Pérez, están mostrando con esta obra; casi como si estuvieran haciendo su propia casa. Eso es un tema que nos honra, nos enorgullece y nos transfiere un ejercicio de gran responsabilidad en la gestión de la nueva sede de Padre Rubinos.
¿Las obras cumplirán el plazo marcado?
Creo que sí. El plazo previsto era de 24 meses, previsiblemente, el primer semestre de 2014.
la inversión ha subido a 28 millones, porque la fundación va adaptándola a las necesidades de la obra
Se hablado mucho de cómo se embarcó Amancio Ortega en el proyecto, pero seguro que usted conoce de primera mano los detalles. ¿Cómo fue ese encuentro?
El primer contacto, y eso lo tengo muy grabado en mi memoria, fue el 14 de febrero de 2008, cuando estaba en los despachos de la fundación en una reunión con los técnicos explicando el funcionamiento de Padre Rubinos. Entonces, Amancio Ortega se puso en contacto conmigo y tras explicarle la situación, él manifiesta su firme voluntad de hacerse cargo de esta actuación, que se inició entonces por 12 millones de euros y pasó luego a 25 millones.
Aparte de este encuentro, ¿había una relación anterior de Padre Rubinos con la fundación? ¿Cómo surge el interés de Ortega por la institución?
Según me han informado, Ortega y su mujer paseaban por la zona y se fijaron en la enorme cantidad de gente que venía haciendo uso del albergue. Entonces se preocuparon por ver cuál era el operativo funcional. Incluso vino gente de la fundación para comprobar in situ la labor que se estaba realizando en Padre Rubinos.
Es decir, ¿que la idea partió del propietario de Inditex?
Sí, el proyecto nació de su voluntad personal. Él tenía un deseo de apoyar una causa social, y hacerlo en base a una donación que tuviese la garantía de cumplir con su finalidad. Y entendió que Padre Rubinos reunía todas las condiciones de certeza y seguridad para el cumplimiento de la utilidad y rentabilidad de la citada donación.
Mencionaba antes que la inversión inicial había pasado de 12 a 25 millones ¿Cree que se podría superar esa cifra?
Nos consta que en la actualidad ya ha subido a 28 millones, porque, entendemos que ellos mismos van adaptando los fondos a las necesidades de la obra.
Hablamos de grandes donaciones, como la de la Fundación Ortega. Pero la ingente labor de Padre Rubinos se sostiene con otro tipo de aportaciones. ¿Están notando la crisis en este aspecto?
Voy a ser sincero y diré que las aportaciones de los entes públicos, en concreto la del Ayuntamiento de A Coruña, han aumentado en un 22%. Agradecemos la apuesta del alcalde Carlos Negreira por las entidades sociales de la ciudad y por entender que son el parapeto para dar solución a esta situación de crisis. También tenemos la ayuda de la Xunta, que se mantiene, y la de la Diputación, que aumenta. Por eso, dentro de las dificultades económicas que estamos pasando, tenemos mucha suerte. Además, contamos con las cuotas de la residencia de mayores y la escuela infantil, que aún así, está muy lejos de los valores actuales de mercado (por ejemplo, en cuotas mensuales de 700 euros y 165 euros, respectivamente). También están nuestros socios benefactores y las donaciones de entidades y personas particulares, con lo que la liquidación al cierre de ejercicio será de 1,9 millones.
Mucha gente contribuirá también a través del concierto benéfico de Navidad. ¿No?
Así es. Esto surgió hace tres años porque entendimos que era una buena forma de captación de ingresos y de apoyo a nuestras actividades. Después del éxito del año pasado, con la actuación de Ainhoa Arteta, en esta edición nuestro objetivo principal fue contactar con Celso Albelo, reconocido como uno de los mejores tenores de la actualidad. Y tengo que decir que resultó muy sencillo, porque sin conocernos de nada, cuando le llamé y le expliqué la labor social de la institución, se ofreció de inmediato a colaborar de manera altruista. Además, tengo que destacar que ha hecho un hueco en su apretada agenda y que nada más actuar en Viena el día 20 de diciembre, estará en la ciudad el 21 para explicar su intención solidaria. Yo creo que será un concierto de primera línea, junto con la orquesta y coro Gaos y la soprano Alba López, y estamos confiados en que la sociedad coruñesa responderá solidariamente.