Tras terminarse el curso universitario y la celebración de la selectividad, los estudiantes tenían ganan de fiesta, y las condiciones parecían inmejorables: buen tiempo y relajamiento de las restricciones. El resultado fue una de las noches con más movimiento para la Policía Local en lo que va de año, con la centralita recibiendo continuamente llamadas alertando de botellones en la playa y fiestas en piso, entre otras incidencias.
“Mucho chollo”, resumió, lacónico, un agente municipal. Tradicionalmente, este fin de semana, que coincide con el término de las actividades estudiantiles, es uno de los más ajetreados, junto con el de Halloween. Y este año tampoco decepcionó: los estudiantes quisieron celebrar el fin de curso a la manera habitual, con un botellón, así que acudieron a los arenales, quizá pensando que sería la única ocasión que tendrían de celebrar en una playa, puesto que este año el San Juan obligará a cerrar los arenales a las nueve de la noche, precisamente para evitar aglomeraciones.
Según las estimaciones de los agentes municipales. se llegaron a reunir 500 jóvenes en las playas de Riazor y Orzán, aunque los propios policías matizan que no estaban juntos, sino en grupos dispersos, y que dada la extensión de las playas, no puede hablarse de aglomeraciones, puesto que los grupos más grandes no superaban las 20 personas.
Eso sí: reinaba la alegría. Y el alcohol. Cuando apareció la Policía Local, todos salieron de estampida, excepto una joven, que se hallaba prácticamente sin conocimiento por haber ingerido demasiado alcohol, y que tuvo que ser atendida. Otros dos juerguistas, en cambio, decidieron subirse a la cabina de una de las máquinas tractoras que se encargan de la limpieza del arenal, y tuvieron que ser desalojados de allí por los agentes.
Todo acabó sin ninguna sanción. Tampoco se tradujo en ninguna multa las nada menos que 40 llamadas que recibió la sala del 092. En muchos casos, por avisos de vecinos molestos con las fiestas que se celebraban en los pisos: cuando los policías llegaban al lugar en cuestión, inmediatamente se hacía el silencio.
Por lo demás, durante la noche de ayer, la primera en la que los locales de ocio nocturno podían cerrar la una de la madrugada, se sucedieron algunos incidentes típicos de los fines de semana. También en Pórtico de San Andrés, así como en la Sinfónica de Galicia (donde a los jóvenes les gusta cobijarse entre las columnas del Palacio de la Ópera) así como una pelea en la calle Tinajas en la Ciudad Vieja que los agentes disolvieron.