La noticia de que el Gobierno local, a través de la Concejalía de Medio Ambiente, piensa trasladar la colonia gatuna de Adormideras a las proximidades de la antigua cárcel provincial para evitar que ataquen a la fauna local, ha puesto de uñas a las asociaciones felinas, que consideran que el Ayuntamiento está cometiendo un error. “Los gatos son animales territoriales, siempre regresan”, señalan. Por otro lado, los ecologistas del Grupo Hábitat celebran la medida, por considerarla muy positiva.
La concejala, Esther Fontán, había señalado recientemente que era necesario trasladar la colonia felinos porque el entorno de la Torre de Hércules es Espacio Natural de Interés Local (ENIL). Es decir, un espacio protegido, y los felinos son pequeños depredadores que amenazan la fauna local, algo que la asociación Gatuchinhos, que gestiona esa colonia, niega. “Esos gatos están alimentados por nosotros, y no necesitan cazar”, aseguran. Niegan incluso los efectos benéficos del carácter depredador de los felinos, que Fontán había puesto de manifiesto al recordar que también cazan ratas. “No es verdad que lo hagan, sino que las ratas los huelen y se mantengan alejadas”, afirman. Aseguran que tienen incluso fotos de gatos con pájaros, en una actitud pacífica.
El Grupo Hábitat lo pone en duda. Aseguran que existe una multitud de artículos científicos que prueban que los gatos constituyen una de las mayores amenazas a la biodiversidad. No solo pájaros, sino también lagartijas e insectos. Ellos trabajan para eliminar en la Torre las uñas de gato (una planta invasora) y aseguran que los defensores de los animales se muestran susceptibles con su presencia allí.
Los ecologistas insisten: “No es asumible una colonia en el ENIL, pero queremos que tengan un buen destino, que vaya a menos esa colonia. Gatuchinhos coincide en que los gatos reduzcan su número poco a poco, pero insiste en que trasladar la colonia no solo es inútil, sino que los felinos corren el riesgo de ser atropellados por los coches al volver a su entorno original. Además, ambos grupos están divididos por sus relaciones con el Ayuntamiento.
Los amantes de los gatos consideran que la concejala de Medio Ambiente está siendo influenciada por los ecologistas y estos critican que el Ayuntamiento les rebajara los fondos para la lucha contra la uña de gato. Por su parte, las asociaciones de las colonias llevan desde enero sin recibir subvenciones a su labor de cuidados y esterilización de los gatos por el cambio en el sistema de convenios, pero el Ayuntamiento asegura que los abonará.