Mientras continuamos con el proceso de transición energética hacia energías limpias, la mayoría de los ciudadanos seguimos pagando las consecuencias de una evidente carencia de políticas energéticas eficaces por parte de nuestras Administraciones Públicas.
En el 2.001, la propia Unión Europea ya alertaba sobre la necesidad del empleo de las energías renovables. En nuestro país, la solar y la eólica son de las más importantes y en Galicia la instalación de aerogeneradores han creado numerosos parques eólicos pero en ningún caso han servido para paliar el aumento abusivo e injusto de los precios de la energía y para eliminar la pobreza energética.
Una parte importante de sierras y montes gallegos acogen la instalación de aerogeneradores, desde hace muchos años, subvencionados con dinero público. Algunos instalados gracias a las negociaciones con los vecinos totalmente desinformados y con las Administraciones actuando en connivencia con las empresas, con la amenaza de la expropiación de los terrenos.
Los vecinos desconocen la riqueza que generan los molinos de viento instalados en los límites municipales y muchos ayuntamientos no revierten de una manera directa sobre los vecinos esos recursos que podrían paliar o aminorar el costo de la factura de la luz de las familias.
Las Mancomunidades de Municipios y las Comarcas tendrían que unir sus intereses para sacar beneficios, que redunden en los vecinos, de la riqueza generada por los parques eólicos en suelo público.