Como era de esperar tras la respuesta que tuvieron en la primera edición del Plan de Reactivación Económica y Social (Presco), las librerías fueron las grandes protagonistas del inicio de la nueva campaña, que permite desde ayer descargar y canjear los bonos en los establecimientos asociados.
Antes incluso de que abriesen sus puertas, en la librería Arenas, tanto de la avenida de Oza como del Cantón Pequeño, una cola formada por tres o cuatro personas esperaba para acceder al local y conseguir los descuentos con el bono cultura. El dueño de la librería, Manuel Arenas, cree que el sábado ya se agotarán los bonos.
En 2020 estos volaron en horas, sobre todo en la segunda ampliación del plan, cuando se reactivaron algunos bonos debido a su éxito rotundo. Ayer no ocurrió lo mismo, pero según el propietario de Arenas, esto se debe a que “hay mucha gente que no tenía muy claro si ya se podían canjear el propio día 15 o a partir del día 15”. Por ello, desde el sector esperan que hoy haya una mayor afluencia, ya que “seguramente todo el mundo aproveche para adquirir todo tipo de libros e incluso material escolar”.
Hay más de 400 opciones para obtener descuentos. En comercio, el sector con un mayor número de negocios adheridos a la campaña hasta el momento (277), la cifra de descargas y de consultas ha sido “altísima”. Así lo asegura el tesorero de la Federación Unión Comercial Coruñesa (FUCC), Abel Caballero, quien indica que las ventas se darán, sobre todo, en horario de tarde.
“En estos momentos sabemos que ha habido muchas descargas. Estamos recibiendo muchísimas consultas pero no tenemos datos todavía de ventas”, explica. Aún así, “todo el mundo parece estar muy contento y desde la FUCC llevamos trabajando semanas sin descanso en colaboración con el Ayuntamiento para darle solución a posibles problemas”, dice.
Durante la jornada de ayer los negocios comenzaron a colocar en el exterior de sus puertas y fachadas las pegatinas y carteles que indican que en ellos se pueden canjear los bonos descuento.
En algunas tiendas todavía no habían llegado, pero se espera que hoy todas cuenten con ellas. “Todavía no tenemos las pegatinas y la cosa ha ido calmada”, sostiene Adolfo López, propietario de Tierra de Fuego.