El pleno trató ayer una moción conjunta de todos los partidos, a excepción de la concejala no adscrita (que pese a votar a favor, dejó entrever una cierta censura al no ofrecerle participar de la concepción de la misma), para buscar un compromiso con el que encontrar soluciones a los problemas de seguridad de Os Mallos y Sagrada Familia, compromiso alcanzado con la unanimidad del pleno.
Todas las formaciones llegaban al mismo punto en sus análisis, que la sensación de inseguridad en estas zonas ha aumentado, aunque las conclusiones eran dispares.
Así lo hacía ver el portavoz del BNG, Francisco Jorquera, que pedía abordar el problema desde una perspectiva global y a hacerlo de la manera más rápida posible, para que no se expanda el “alarmismo” y los discursos de odio.
Desde Marea Atlántica, María García, señalaba que hay que tratar estos problemas, “fai falta atender aos barrios”, pero con cuidado, “sen caer na estigmatización”, indicando que hay que atender problemas como el aumento de la desigualdad en los últimos tres años.
“Han tenido que salir 1.000 vecinos a la calle para que se les preste atención”, decía Rosa Gallego, que pedía al Ejecutivo que “no les tomen el pelo” y el compromiso se traduzca en hechos.
José Manuel Lage recogía el guante y afirmaba que habrá “tolerancia cero coa okupación”, pero matizando que los problemas son “moi complexos”.
El debate se llevó a cabo en la parte no resolutiva, pero eso no impidió a Jorquera anunciar que los compromisos presupuestarios con el Gobierno local se supeditarán a que las medidas para Os Mallos tengan una consignación dineraria en las cuentas del próximo 2022.
Horas después, en una pregunta oral, el edil de Seguridad Ciudadana, Juan Ignacio Borrego, afirmaba que no alentarán “o matonismo”, y añadía que en breve se solucionará judicialmente un caso de okupación de la ciudad.