Las obras de la avenida de Arteixo provocan atascos inevitables desde el día que comenzaron los cortes de tráfico. Ahora, con el tramo reducido a dos carriles para los vehículos, la situación ha empeorado. El transporte público se ve resentido y los vecinos de Os Mallos, uno de los barrios más próximos a la zona de los trabajos, denuncian los retrasos que acumulan los buses a la hora de realizar su ruta.
“Las obras dificultan un montón porque hacen un tapón y el bus se retrasa muchísimo”, asegura el presidente de Distrito Mallos, José Salgado. El sentimiento general de los residentes de este barrio, además, es de desánimo. “Se trata de una arteria que concentra uno de los mayores números de coches de la ciudad y se comenta, tanto por los vecinos como por taxistas, que cuando se haga una rotonda va a ser un desastre porque habrá demasiados vehículos para esperar a pasar”, añade.
Pese a la tardanza del bus, desde el distrito se consuelan con el paso de la línea 11 por la avenida de Os Mallos. “Menos mal que recuperaron el itinerario porque si no lo hubiesen hecho, tardaríamos el triple en llegar a la zona”, dice Salgado. Eso sí, esta medida no está exenta de polémica, y es que “mucha gente ha venido a decir que ven injusto que Os Mallos tenga más ventajas que la Sagrada Familia, ya que comentan que se quedan aislados”.
En cuanto a las obras de la plaza de Padre Rubinos, que se retrasaron y están a punto de ser finalizadas, “todo el mundo está contento, menos por los bancos, que al ser de piedra piensan que serán muy fríos en invierno”.