La plaza de Padre Rubinos, en el barrio de Os Mallos, ya está libre de maquinaria tras medio año de obras para acometer su renovación integral. Desde ayer ya no hay vallas que delimiten los espacios y los vecinos ya disfrutan de este nuevo rincón de ocio para pasar el rato. El fin de los trabajos se hizo esperar más de lo previsto tras encontrar la canalización en mal estado durante las primeras semanas.
Durante estos seis meses, los vecinos se quejaron por el retraso, y es que estas obras coincidieron en tiempo y casi en lugar con las llevadas a cabo en la avenida de Os Mallos. No solo eso, el tránsito desde la ronda de Outeiro para continuar el camino recto se vio interrumpido durante meses por un desvío provisional que, tal y como denunciaron los residentes del barrio, incomodaba y no permitía respetar la distancia segura entre personas.
Todo ello parece quedar atrás y el resultado satisface casi al 100%. “Su nuevo aspecto mejora mucho la zona y da una sensación de modernidad”, asegura el presidente de Distrito Mallos, José Salgado, quien considera que el Gobierno local ha hecho, incluso, “bastante más de lo que habían dicho al principio”.
Si bien Salgado esperaba una inauguración de la plaza formal por parte de la Administración, “estamos contentos porque estéticamente queda muy bien”.
Eso sí, siempre se podría mejorar: “Echamos en falta alguna máquina para que los mayores puedan hacer gimnasia, aunque siempre estamos a tiempo de pedirla”, dice el presidente de Distrito Mallos. Con una buena iluminación, arboleda para refugiarse del sol en verano y un asfalto en condiciones, para que el único aspecto que no logra convencer a los usuarios de este espacio es el de los asientos. “Los bancos son de piedra y no todos tienen madera para poder sentarse, por lo que produce una sensación de frío en el cuerpo”, comenta Salgado.
“La visibilidad ha mejorado, la circulación peatonal también”, considera la regidora municipal, Inés Rey
Esta plaza es uno de los puntos de encuentro de los mayores de Os Mallos, que por tradición acuden cada día a sentarse y disfrutar en compañía de los días soleados, además de ser un punto de paso para los viandantes que bajan de la ronda de Outeiro hacia la estación de trenes.
La alcaldesa, Inés Rey, confirmó ayer en “Radio Voz” que las obras llegaron a su fin esta semana. “Empezaron a quitar las valles este jueves. Se abre, por lo tanto, al público tras hacer una remodelación integral que ha permitido aumentar toda la superficie peatonal”, dijo.
Estos trabajos, tal y como recordó la regidora municipal, partieron de una demanda vecinal. En su opinión, “la visibilidad ha mejorado, la circulación peatonal también. Se ha puesto una zona de árboles y jardín y se ha renovado la iluminación y el mobiliario urbano. Ha quedado una plaza agradable para el disfrute de los vecinos”. l