Vuelve el Gado Gado de A Coruña

Hay locales que con solo nombrarlos generan un viaje al pasado no tan lejano y a una amalgama de recuerdos, en algunos casos más o menos borrosos. Entre la generación de la nostalgia ochentera permanece muy alto en ese ranking de vivencias especiales el Gado Gado, un espacio difícil de clasificar durante comienzo del siglo XXI y que antes de final de año volverá abrir sus puertas. Es el último paso al frente de un conocido grupo hostelero de la ciudad, que menos de un año después de que el local de la calle del Magistrado Manuel Artime saliera a la venta se ha hecho con su traspaso.

Relativamente poco tendrá que ver la nueva actividad del Gado Gado con la que permanece en el imaginario colectivo de buena parte de los todavía clientes del ocio nocturno. Los casi 500 metros cuadrados del espacio, que en su día incluso tenía una puerta secreta que separaba la cafetería del after, darán según la nueva gerencia a “un local conceptualmente diferente para un público más maduro”. No deja demasiado a la imaginación el nombre que se baraja: La Destilería. Orientado, según fuentes del grupo inversor, a un “cliente a partir de 45 años” puede entenderse también ese juego con la nostalgia y el recuerdo, pues los adolescentes del Gado Gado original se encuentran ahora en la mediana edad. El afterhours de entonces dará paso a un más moderno y maduro afterwork o copa de salir del trabajo.

Nuevos tiempos 

Muchos de los términos que incorpora a su proyecto de negocio el antiguo Gado Gado y futuro La Destilería no existían cuando el espacio primigenio abrió sus puertas en 2003. Así, el servicio estrella será una mezcla de destilados premium con el whisky, el ron y la ginebra como bases. 

Además, también será uno de los platos fuertes el llamado slow coffee o café de especialidad, una demanda creciente en un target cada vez más exigente. De hecho, el café también será parte importante de parte de la coctelería.

La recuperación del espacio original del Gado Gado va más allá también de la creación de un espacio disruptivo para enraizar directamente en el recuerdo colectivo de una zona que no hace demasiado rivalizó con el Orzán y otros destinos como epicentro de la noche coruñesa: Don Pepe, Gres, Laberinto, Soweto o El último paga como iconos a los que homenajear. “El espacio donde luego se situó Gado Gado era de jazz, y en la zona había uno muy icónico llamado Jazz Moka, por lo que durante toda la apertura habrá música de ese estilo sonando a un volumen casi imperceptible. Recuperar la zona de San Pablo es otro de nuestros objetivos”, anuncia la propiedad, que anuncia la apertura para antes de Fin de Año.