En una ciudad con miles de perros, es importante que sus dueños obedezcan las normativas. Sin embargo, eso es más fácil de decir que de hacer cumplir: en cuanto los posibles infractores ven un uniforme de la Policía Local, se apresuran a recoger el excremento que su mejor amigo acaba de depositar en el suelo o a ponerle la correa al can. Hartos de verse burlados de esta manera, los agentes de la Patrulla Verde (la sección de la Policía Local que se encarga de las infracciones medioambientales) decidieron usar ayer un dron en la zona del Paseo de los Puentes. El resultado: varias multas por llevar al perro sin correa.
Fuentes municipales explican que la decisión se adoptó después de recibir varias llamadas vecinales informando de que en el parque había varios perros sueltos. En total, se recibieron cinco. La situación estaba fuera de control pero no había manera de ‘cazar’ in fraganti a ningún infractor. Como ya se había registrado un ataque de perro en esa zona verde, los policías municipales decidieron utilizar otra táctica.
El dron, pequeño y silencioso, volando a gran altura, resultó indetectable para los infractores. Equipado con cámaras de alta resolución, permitió obtener imágenes donde se distinguía como los canes corrían libremente por el parque. Cuando los agentes se acercaron con el bloc de multas, los dueños de los perros no tuvieron excusa.
Se trata de la primera vez que la Policía Local emplea este equipamiento, adquirido el año pasado, para este propósito. Anteriormente se había empleado en San Juan para vigilar a través de cámaras infrarrojas a los participantes que se introducían en el agua de noche. Igualmente se ha desplegado en los conciertos que se celebran en el puerto, y para el mismo propósito: asegurarse de que nadie caiga al agua.
Hay que hacer constar que existen dos drones: uno pertenece a la sección de Tráfico y el otro a la de Medio Ambiente. El Ayuntamiento recalca que no se emplean estos aparatos para perseguir a dueños de perros. Esta fue una ocasión excepcional, tanto por las denuncias recibidas en las últimas semanas como pro la cuestión de la mordedura canina. Como no era un fenómeno nuevo, adoptaron medidas extraordinarias.
El año pasado, en el 092 se tramitaron 54 sanciones a dueños de los animales que no llevaban la preceptiva correa. Se rata de una de las infracciones más comunes detectadas por la Patrulla Verde en lo que se refiere a animales, solo superada por las que tienen que ver con ruidos (58). Directamente relacionados con esta infracción se hallan otras: las de mordiscos entre animales (20), de animal a persona (19) o incluso de animal a personal y animal, de las que el año pasado solo se registraron dos casos.
Curiosamente, los casos de animales sueltos aumentaron con respecto a 2021 (cuando solo se registraron 43) pero en cambio, descendieron los mordiscos de cualquier tipo.
Por otro lado, las sanciones por no recoger los excrementos de los perros brillan por su ausencia, a pesar de las continuas quejas del público., y esto se debe también a la dificultad para atraparlos in fraganti. En realidad, en los tres últimos años, la Policía Local casi no ha sancionado a nadie por ese motivo. En 2019, último año en el que está registrada una sanción por “no recoger deyecciones”, solo se impuso una. Y el año anterior, tan solo seis. En la memoria del año pasado tampoco se recogen sanciones por este motivo. Ahora todo puede cambiar si La Policía Local decide seguir utilizando drones para vigilar las infracciones en los parques.