Después de años dedicados a trabajar en la Administración municipal, le llegó el turno de jubilación a casi 50 (46) hombres y mujeres que se jubilaron el año pasado. La alcaldesa, Inés Rey, presidió el acto, en el que entregó un pin de recuerdo a cada uno de lso asistentes, después de agradecer su labor en el Ayuntamiento.
Auxiliares, técnicos, y otros cargos ocupaban los jubilados. La mayoría accedía al retiro tras cumplir los 65 años, pero también había algunos prejubilados. Fuentes sindicales recueran que el aumento del 8% de las pensiones compensa de sobra la pérdida de dinero que se sufre por prejubilarse. En todo caso, no solo dejan un hueco personal, sino también laboral en las filas del Ayuntamiento, que tendrá que convocar cuanto antes una oferta de empleo público.
Los 46 homenajeados fueron: Manuel Ángel Aboal, Ana María Álvarez, Luis Arias, Adolfo Barrul, Josefina Blanco, Luis Ernesto Brañas, Ricardo Calderón, José Manuel Cancelo, Manuel Castro, José Ramón Castro, Nieves Chao, Marta Cores, Juan Ignacio Corral, Vicente Coya, Juan Daniel Dequidt, Elva Fernández, Juan Manuel Fernández, Rosa María Freire, María Gacio, Manuel Gándara, Manuel García, Lucía María García, Esther Cruz Lariño, José Manuel López, José Manuel Loureiro, María Teresa Mahía, Juan Martí, Josefina Martín, María Lucía Martínez, Juan Arizmendi Meiras, María Josefa Míguez, María Isabel Morano, Juan Carlos Naveira, Victoriano Pardo, Francisco Xabier Peña, Santiago Pérez, Aurora Prego, Manuel Rodríguez, María Carmen Romeu, José Manuel Rumbo, José Manuel Sánchez, Dolores Soriano, María Dolores Temprano, Pedro Vasco, Jesús Villaverde y Jaime García.
Suponen el 4% de la plantilla del Ayuntamiento, si se descuenta a los más de 300 policías locales, y obligan al Gobierno de Inés Rey a lanzar cuanto antes una Oferta Pública de Empleo. La plantilla actual ronda los 1.500 empleados (o lo hacía, hasta el año pasado, cuando se jubilaron los que participaban en el acto de ayer) pero una parte importante son plazas vacantes, ocupadas por interinos o temporales. Otros trabajos, simplemente, no los desempeña nadie, lo que supone una merma en la capacidad de atención al público. “Los conserjes son un ejemplo de ello, pero hay otros casos”, señalan fuentes internas.