Este año se celebrará de nuevo el mercado medieval, la Feria das Marabillas, después de un interciso provocado por la pandemia. Así lo prometió ayer la alcaldesa, Inés Rey. Es un anuncio que no hace especialmente felices a los vecinos de la Ciudad Vieja, que piden que se cumplan las ordenanzas municipales para reducir al máximo las molestias generadas por el ruido y la basura. Pero la regidora recordó que la feria se ha vuelto una tradición en el programa veraniego de la ciudad. “Creo que presenté yo la 25 edición cuando llegué”, dijo, haciendo memoria.
“Es una celebración tradicional”, insistió, al mismo tiempo que quiso enviar un mensaje conciliador a los vecinos, a los que les gustaría que la tradición dejara paso a la modernidad, por lo menos en este caso. “Su celebración se pactará con los vecinos y se atenderán todas las sugerencias que vayan encaminadas a su mejora”. En cuanto a las características de la feria, y si serán las mismas que en años anteriores a la pandemia, Rey no ofreció ninguna información. “No lo sé”, respondió al respecto.
El presidente de la asociación, Leonardo Méndez, había expresado los recelos de sus vecinos sobre la feria medieval. “No estamos en contra de nada, solo queremos que se respete la convivencia”, señalaron desde la junta directiva. El 25 de abril presentaron un documento en el que pedían que se les informara de si se iba a celebrar este evento (que organiza la asociación de comerciantes) y en qué día, así como las acalles y plazas que se verán afectadas y que “alteran sensiblemente la vida cotidiana”, pero todavía no han recibido respuesta. La primera confirmación de que se celebrará la recibió Méndez a través de las declaraciones de Rey, y se ha mostrado prudente a la hora de manifestarse: “Si es así, acogemos las palabras de la señora alcaldesa y a la vista del escrito presentado por registro del 25 de abril. Nos ponemos a disposición de la misma”.