Uno de los aspectos más polémicos del mandato de Inés Rey han sido las peatonalizaciones, La alcaldesa en funciones siempre ha defendido que estas obras, por muchas quejas que generen, son necesarias para conseguir humanizar la ciudad, y ofrece a los vecinos espacios de calidad. Y cuando se refiere a espacios libres de vehículos, habla en serio: en 2022, la Policía Local impuso más de 4.200 multas por aparcar en aceras y espacios peatonales, casi un 30% más que el año anterior.
Fuentes municipales señalan que se trata de uno de los tipos de multa (en este caso, encuadrados dentro de la ‘ayuda a la movilidad’) que más han crecido durante el año pasado. No está demás recordar las declaraciones del concejal de Movilidad, Francisco Díaz Gallego, sobre los coches que invadían la recientemente peatonalizada calle de Compostela a finales del año pasado y principios de este, lo que obligó a reforzar la vigilancia porque rompían el banco. Díaz había advertido que se repondría todo el mobiliario urbano roto y de que no había vuelta atrás.
Se constata que en su búsqueda diaria de espacio donde aparcar su vehículo, los conductores coruñeses respetan menos las señales de estacionamiento prohibido o, simplemente, la Policía Local se ha vuelto más estricta a este respecto, porque si en 2021 se tramitaron 2.472 por este motivo, el año pasado fueron 4.216. Es un crecimiento del 170%,
Pero, en proporción, donde se han disparado las multas es en los casos donde se aparca sin permiso en lugares reservados para conductores con movilidad reducida. Muchos de los que han dado vueltas y vueltas para acabar decidiendo que estacionar en el único sitio libre, sin importar la señal pintada en el asfalto, era una buena idea han aprendido por las malas lo equivocados que estaban: las multas por este motivo han pasado de 317 a 1.154 en solo un año. Es decir, se han multiplicado un 364%. También se ha incrementado el número de sanciones por aparcar en paso de peatones: el año pasado, la Policía Local sancionó en 589 ocasiones por ese motivo, mientras que en 2021 habían sido de 335.
Además, no ha descendido de manera importante el número de sanciones impuestas telemáticamente. Es decir, a través de las cámaras de la Vía Prioritaria Vigilada (VPV) en calles como Juan Flórez o la ronda de Outeiro, así como las que controlan el acceso a la avenida de La Marina. Es decir, que las multas de tráfico crecieron significativamente el año pasado.
En todo caso, las peatonalizaciones y humanizaciones seguirán avanzando a lo largo de este año, así que los conductores coruñeses tendrán que acostumbrarse a la nueva situación, al mismo tiempo que el Ayuntamiento trata de aumentar el aparcamiento reordenándolo de en línea a en batería. Al mismo tiempo, aumenta la zona ORA para ofrecer a los vecinos más plazas reservadas.
No hay que olvidar que A Coruña es de las ciudades gallegas con menos plazas de garaje, según las últimas estadísticas del IGE, solo por detrás de Ferrol. El Instituto Galego de Estadística es el que recopila los datos de los bienes inmuebles según su uso: residencial, aparcamiento, comercial, industrial y oficinas.
El resultado deja claro el déficit que sufre A Coruña: si en el municipio se contabilizan 172.793, solo 16.106 se dedican al aparcamiento. Además, la Concejalía de Movilidad sigue avanzando en su política para aumentar el aparcamiento regulado de la ORA. En una ciudad en la que la presión para aparcar se hace cada vez mayor, el Ayuntamiento pretende favorecer el estacionamiento de los vecinos. Eso significa ampliar la zona verde y, por tanto, también la zona azul.
Mientras tanto, la búsqueda de aparcamiento tiene consecuencias insospechadas en la fluidez del tráfico: según EasyPark, solo tres partidos incluyen en sus programas medidas para paliar la falta de aparcamiento, un problema que genera el 30% el tráfico total en la ciudad.