El conflicto que ha surgido en el Barrio de las Flores a raíz de varios casos de okupación, donde los propios vecinos han comenzado a expulsar a varios sujetos, vuelve a poner de manifiesto el problema que supone para la convivencia la apropiación de inmuebles por parte de estos individuos marginales, muchos de ellos toxicómanos y/o con antecedentes policiales. Estos edificios suelen llevar abandonados largo tiempo por parte de sus legítimos propietarios, lo que dificulta el proceso legal del desalojo. En estos casos, lo mejor que pueden hacer las autoridades es mantener la vigilancia. Actualmente se vigilan, además del Club Financiero, O Martinete, la ronda de Nelle y Os Mallos.
Gran parte de estas labores de vigilancia las realiza la Policía Local, y su pronta respuesta ha permitido en varias ocasiones frustrar la okupación antes de que se complete. En estos casos, se instala un precinto en la puerta que sirva como testigo. De esta manera, en cada ronda, un coche patrulla acude al punto a comprobar que no se ha retirado el precinto. De ser así, y dado que apenas han pasado unas horas, pueden expulsar a los okupas.
Esto es lo que ocurrió en lugares como la calle Río Traba, en Os Mallos, donde la Policía Nacional y Local actuaron ante un intento de okupación a mediados del mes pasado. Otro ejemplo es el propio Club Financiero, donde la Policía Local pudo actuar en varias ocasiones para evitar intentos de okupación en la gran propiedad situada a la altura del número 111 de la avenida de Salvador de Madariaga. Sin embargo, el propietario no tomaba medidas para sellar las entradas y los okupas acabaron por conseguir instalarse en el interior. Desde entonces, han venido sucediéndose los robos en las zonas aledañas.
Precisamente, la alcaldesa, Inés Rey, recordaba que los propietarios del inmueble tienen en su poder un permiso de demolición desde hace más de un año. “He reiterado en numerosas ocasiones que el Ayuntamiento ha facilitado los permisos necesarios para la demolición y la construcción y/o venta. En todo caso, es la propiedad la responsable de asegurar ese edificio, que no haya okupación de ningún tipo y que esté en unas condiciones de seguridad mínima”. Dicho esto, Rey conminó a los propietarios a ejecutar esa orden de demolición.
Fuentes de la Policía Nacional coinciden en este punto: “Nosotros no somos una empresa de seguridad privada. No podemos vigilar los edificios. Eso es responsabilidad de los propietarios”. Sobre todo, teniendo en cuenta los escasos recursos humanos con los que cuenta el 091. Y señalan que, en el caso del Club Financiero, la situación no era tan mala hasta el año pasado, pero la inacción empeoró las cosas. Lo mismo puede decirse de puntos como el número 120 de la ronda de Nelle, una verdadera comunidad okupa, que ha sido el escenario de intervenciones policiales contra la droga, así como una actuación de la Concejalía de Medio Ambiente para retirar toneladas de basura que se acumulaban en el patio interior, y que generaban un olor insoportable en las comunidades vecinas.
En el caso de O Martinete, que también es visitado a menudo por la Policía Local, el problema son unos edificios a medio construir que se han convertido en refugio de marginados. Los vecinos se quejan de que la zona es insegura. Cuando estos problemas se repiten durante demasiado tiempo, se producen episodios como el del Barrio de Las Flores.