El Avenida pone el ‘the end’ al Cantón Grande: una historia de cien años

Todos los edificios se encuentran alineados con el Banco Pastor, el rascacielos que marcó una época
El Avenida pone el ‘the end’ al Cantón Grande: una historia de cien años
Vista de la manzana de Cantón Grande con sus edificios representativos | Quintana

En cien años pueden pasar muchas cosas. Incluso los edificios, que parecen parte del paisaje, cambian. Esto es lo que ha pasado con Cantón grande. La reciente reinauguración del antiguo Cine Avenida, ahora convertido en un edificio de negocios de Abanca, cierra una etapa en la que por fin, todos los edificios están alineados a la altura del que fue el primer rascacielos de España: el Banco Pastor, que en noviembre de 1925 se finalizaba, una altura vertiginosa para aquellos tiempos. “Ahora todos los edificios están ocupados, en perfecto uso y alineados”, comenta Díaz, satisfecho, que considera simbólico que el primer edificio que se construyó, el Cine Avenida, sea el que también cierre el ciclo.


Durante varios años estuvo solo, sin que nadie osara hacerle la competencia a sus once pisos. Pero, año tras año, década tras década, los edificios no solo se han hecho más altos, sino también más anchos. De todos los inmuebles, solo el número dos se levanta sobre su parcela original. Esto es lo que explica que los 26 edificios que daban al Cantón Grande hace un siglo se hayan convertido en nueve, mucho más grandes y más monumentales, que dominan ahora. 


Francisco Díaz Gallego, además de concejal de Urbanismo, es un buen conocedor de la historia arquitectónica de la ciudad. “En ese momento (hace cien años) todavía no había  un intento de unificar cornisas con el Pastor, cada uno iba añadiendo alturas a su libre albedrío, cuando se abrió la veda”, explica el edil. 


En la época de la II República existió un plan del arquitecto municipal, Santiago Rey Pedreira, para hacer un frente nuevo, en una única pieza, pero nunca se llegó a ejecutar y los edificios siguieron creciendo en altura, impulsados por la presión inmobiliaria. 

 


El plan de Vázquez 

Hubo que esperar a los años 90, con Francisco Vázquez ya como alcalde. “Ya era un plan en el que se programó tanto la agrupación parcelaria como que se unificasen las cornisas con el Pastor”, evoca Díaz. En ese momento, el edificio de la Fundación Barrié estaba todavía en ciernes. Es atendiendo a ese plan que se levanta el edificio contiguo, el de la Fundación Caixa Galicia (ahora Afundación),  Multiópticas y la ONCE. Es decir, que fue el de Afundación el que cerró la línea de cornisa”. 


Por eso se puede decir que Cantón Grande se acabó de configurar su aspecto actual en los años noventa, que es de cuando proceden la mayor parte de los edificios que se conservan actualmente. El del antiguo Cine Avenida (ahora Espacio Avenida) es una rareza y el más antiguo de todos, aunque ahora muestre un aspecto más moderno en su bajo tras el incendio que lo arrasó. Tampoco se puede obviar el antiguo Banco Hispano Americano (después Banco Santander) o el Edificio Granada. Muchos de los arquitectos que firman las obras son muy reputados, no solo González Vilar, sino los hermanos Molezún. “Hay allí obras de arquitectos a nivel internacional, verdaderamente buenos,  y también a nivel de España. Por ejemplo, Nicholas Grimshaw es de los arquitectos más reconocidos, y González Villar es el maestro del art decó, o García de Paredes, también muy reconocido”, enumera el concejal de Urbanismo.  


Díaz se confiesa satisfecho con el resultado de la evolución de esta manzana. “Puedes cuestionar muchas cosas. Por ejemplo, que se hubiese eliminado el parcelario original, o que hayan desaparecido edificios históricos”; admite. 


Sin embargo, a ojos de un arquitecto, el Cantón Grande ofrece un buen recorrido por la arquitectura del siglo XX, que se puede abarcar de un solo vistazo si el observador se sitúa en los jardines de Méndez Núñez, como Francisco Díaz Gallego ha hecho más de una vez:  "Tienes un repertorio tremendo. La calidad arquitectónica de la manzana es innegable”. 

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Vista de la manzana de Cantón Grande con sus edificios representativos | Quintana

 

 

Una muestra de la evolución de la ciudad frente al mar 

Según señala Julia Álvarez en su articulo ‘La ciudad perdida’, que se incluye en el libro ‘A Coruña: arquitectura desaparecida’, editado por Fernando Agrasar, el estudio de la evolución urbana de la fachada marítima aporta muchas de las claves necesarias para comprender las inercias que han transformado la ciudad.  Se puede seguir claramente la evolución de este importante tramo de la fachada marítima que es el Cantón Grande, desde los viejos edificios de madera que se levantaban en estrechas parcelas hasta la aparición del cine, que marcó la llegada de los primeros edificios que ya no eran residenciales, sino que tenían una razón de ser económica. Álvarez habla del cambio de mentalidad de un ‘lugar geométrico’, cuando los edificios se agrupaban en torno a parroquias, al ‘lugar fragmentario’. 

 

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FUENTE: ‘La ciudad perdida’ de Julia Álvarez

El Avenida pone el ‘the end’ al Cantón Grande: una historia de cien años

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