Un aviso vecinal impide una nueva okupación en una vivienda unifamiliar en Os Mallos

Un aviso vecinal impide una nueva okupación en una vivienda unifamiliar en Os Mallos
En la puerta se puede leer ‘Vivienda vigilada por la Policía Local’ | Quintana

Os Mallos vivió otro intento de okupación el fin de semana pasado y solo la vigilancia vecinal impidió que tuviera éxito. A media mañana del sábado, un transeúnte observó a un trío que estaba manipulando la verja que cierra el número 17 de la calle Río Traba, en Os Mallos, una zona de casas bajas que linda con la avenida de Os Mallos. Inmediatamente avisó a una vecina, que a su vez alertó al 091. Para cuando la Policía Nacional llegó, los sospechosos ya habían abandonado el lugar. Ahora la Policía Local se encarga de vigilar ese inmueble, como otros tantos de la ciudad. 


“Los dos llamamos, el vecino y yo”, explica la vecina que alaba la rápida actuación policial. Cuando la patrulla hizo acto de presencia, le explicaron que los sospechosos se encontraban en una plaza cercana, pero para cuando llegaron, ya se habían esfumado. La vecina tenía las llaves porque la propietaria de la casa se las había confiado para que entrar de vez en cuando a “airearla”, así que procedió a abrirla para asegurarse de que nadie se había conseguido colar dentro. 
 

“Cuando intentamos abrir la verja, no pudimos. Y era raro, porque había estado allí dos días antes. Entonces vemos un candado de acero inoxidable, tan grueso...”, relata. El candado se encontraba en la parte de arriba de la verja, por eso no lo habían descubierto en un primer vistazo. Los agentes trataron de forzarlo con una palanqueta, pero no fue posible así que tuvieron que solicitar la ayuda de un cerrajero profesional, que cortó la cadena con una radial. Pero cuando entraron, no descubrieron a nadie.
 

Precauciones 

“Los policías me explicaron que si lo habían hecho es porque tenían intención de entrar, pero no querían que nadie lo hiciera primero –explicó la preocupada vecina–. De esa manera, pueden entrar a cualquier hora”. Los agentes le ofrecieron una serie de consejos. Entre ellos, que cortara el agua y que pusiera su propio candado, tan grueso como el de los propios okupas. También hablaron con la propietaria, que se encuentra en el extranjero. 
 

Al día siguiente por la mañana temprano, apareció el precinto de la Policía Local, puesto que los agentes del 091 les habían avisado. La vecina está agradecida a ambos por su pronta intervención, así como a la solidaridad vecinal. “Aquí vigilamos entre todos, es la única forma”, asegura. No hay que olvidar que Os Mallos protagonizó las únicas protestas contra la okupación de la ciudad en septiembre y octubre de 2021, después de varios episodios en los que individuos problemáticos se habían instalado en inmuebles abandonados de la zona desde donde delinquían. La situación en el barrio ha mejorado, reconocen, pero aun así se siguen manteniendo en alerta a través de grupos en redes sociales. 
 

Vigilancia constante 

Por otro lado, la sección de Seguridad Ciudadana del Cuerpo municipal está realizando una labor constante de vigilancia sobre aquellos puntos que consideran más conflictivos: edificios viejos, abandonados, que ya han sufrido varios intentos de ocupación, y que ahora llevan el precinto policial. El método es sencillo: durante sus patrullas, los agentes comprueban si alguien ha roto el precinto. De ser así, inspeccionan el interior en busca de okupas y si los descubren, como apenas han pasado 24 horas, pueden expulsarlos sin tener que recurrir a una orden de desalojo, un proceso que puede llevar meses. 
 

Eso, siempre que la empresa o persona propietaria del inmueble decida comenzar el proceso, lo que no siempre ocurre. “A veces, ni siquiera se sabe de quién es”, señalan. A día de hoy, solo se vigila un puñado de inmuebles dispersos por toda la ciudad. Todos edificios viejos, de poca altura, vacíos y deteriorados.

Un aviso vecinal impide una nueva okupación en una vivienda unifamiliar en Os Mallos

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