Sin una solución de conflicto laboral en la concesionaria de recogida de basura a la vista, A Coruña continúa soportando acumulaciones de desperdicios. Algunas calles se libran de ellas, mientras que otras se encuentran abarrotadas. A medida que el mes de julio avanza a su ecuador, es inevitable pensar en el efecto que tendrá la huelga en las Fiestas de María Pita. El concejal de Cultura y Turismo, Gonzalo Castro, desea que la situación no se prolongue tanto.
“Espero que impere a responsabilidade. Que se poda chegar a un acordo. E emprazo a ambas partes (empresa y comité de empresa) a chegar a ese acordo”, declaró ayer el edil, a cuyo entender, las diferencias son “mínimas e salvables”. Por el momento, en el Ayuntamiento no le constan quejas o afecciones que hayan perturbado la actividad turística, pero este mes viene muy cargado de actividad. “Tenemos un sábado infernal con catro eventos multitudinarios”, recordó.
Ante esa situación, no se puede infravalorar el efecto de la huelga. Por eso pide que se anteponga el interés general. “Polo ben da súa propia imaxe. A xente é o suficientemente intelixente para ver onde radican os problemas e de quen é a responsabilidade”. Castro asegura que alude tanto a la empresa como al comité.
Mientras tanto, el conflicto continúa, pero está adoptando una forma extraña. Porque se supone que había huelga de domingo a lunes y de lunes a martes y, sin embargo, se da la paradoja de que salieron más camiones que nunca. El motivo es que se cumplieron los servicios mínimos, que son casi el 100% del turno.
Fuentes de STL señalan que ya han denunciando los servicios mínimos ante Inspección de Trabajo por considerar que afectan a su derecho de huelga pero, mientras tanto, consideran que no tiene sentido que los ocho compañeros de la plantilla que quedan fuera hagan huelga porque no marcarían la diferencia.
Fuentes cercanas apuntan a que hay 62 trabajadores de baja (de una plantilla de más de 200) y se espera que Prezero, la concesionaria, imponga más sanciones. También consideran que se está llevando a cabo una ‘huelga de brazos caídos’ que es lo que ha provocado que rebosen los contenedores la semana pasada, así que es indiferente si cumplen con los paros o no: la basura sigue en la calle. Sobre todo, los voluminosos, como los cartones.
Desde el sindicato STL, mayoritario en el comité de empresa, denuncian que desde el 23 de julio no ha salido de la base de A Grela ni un solo camión de muebles ni de chatarra cuando está previsto que parta uno de cada a diario. Y en cuanto a los camiones pluma, provistos de una grúa con la que sacar los contenedores subterráneos, en muchas ocasiones tampoco salen a la calle.