Beatriz Núñez Vázquez (A Coruña, 1982) es diputada de la junta de gobierno del Colegio de Abogados de A Coruña, así como responsable de la comisión del turno de oficio del mismo, donde lleva doce años como adscrita. Ayer estuvo presente en el homenaje que sus compañeros brindaron a todos aquellos que cumplieron un cuarto de siglo enrolados en una labor que reivindica desde la vocación de servicio a la sociedad, justo en el Día de la Justicia Gratuita.
¿Qué servicio presta el turno de oficio a los ciudadanos?
Una cosa es el turno de oficio y otra la justicia gratuita. Todo el mundo debe tener derecho a solicitarla. Tienen el derecho aquellas personas que no superan un umbral económico (13.600 euros para una sola persona).
¿Qué casos se encuentran con mayor frecuencia?
Cualquier persona investigada o acusada por cualquier causa. Los abogadas recibimos por ello unas muy escasas indemnizaciones que no cubren nuestras cuotas.
¿Resulta más atractivo a nivel personal?
Económicamente, desde luego no lo es, pero sí a nivel personal. Estás prestando un servicio público que hace valer un derecho de defensa. Es una persona que no te conoce, no te ha elegido y tienes que aportar un plus. .
¿A qué se debe la creencia de que la sentencia con un abogado de oficio será más desfavorable?
En el caso del colegio de A Coruña, el 40 por ciento de los colegiados están adscritos al turno de oficio. Se requiere una experiencia previa para poder darse de alta, pero no para ejercer por designación particular. Los que se dan de alta tienen más tiempo.
¿Qué reivindicaciones tienen de cara al futuro como colectivo?
Es importante el reconocimiento a la labor que ejercemos los abogados del turno de oficio. Es algo vocacional y las indeminizaciones de las administraciones son muy escasas. Creo que deberían elevarse muchísimo. Hace unos meses sí se elevaron un poco, pero hay muchos conceptos y trabajos que realizamos que no están dentro del baremo.
Todo el mundo les conocerá por la famosa frase de las películas de Hollywood...
Es incuestionable, de hecho toda persona necesita un abogado. Existe otro dicho: el abogado que se tiene por cliente a sí mismo, tiene un tonto por cliente.