El cruce de la calle Sol con Socorro, parece un rincón más del callejero de A Coruña, pero durante mucho tiempo fue el epicentro de un ocio nocturno que desbordaba las aceras e invadía la calzada. La mezcla de jóvenes y alcohol desembocaba a veces en gamberradas y peleas, por eso en mayo del año pasado entraron en funcionamiento unas cámaras. No eran de tráfico: su función era ayudar a la Policía Local a controlar el ocio nocturno, grabando los incidentes que se produjeran. Sin embargo, 2023 concluyó sin que haya tenido que ser empleada ni una sola vez, según confirman fuentes municipales.
Este hecho puede achacarse al propio efecto disuasorio de las cámaras o, más probablemente, a que su instalación coincidió con el cierre, obligado por múltiples infracciones a la norma, de un local emblemático situado precisamente en esa esquina. Muchos de sus clientes permanecían en la calle, generando el alboroto del que los vecinos del Orzán protestaban a menudo. Ahora los ojos electrónicos vigilan, sin parpadear, una calle tranquila incluso por la noche, y los agentes de la Policía Local no han tenido que visualizar sus grabaciones.
En realidad, la seguridad ciudadana durante el ocio nocturno ha cambiado bastante al mantener la Policía Nacional y la Local actuaciones combinadas. Anteriormente, el 092 llegaba a menudo en primer lugar al escenario de un alboroto y tenía que actuar en solitario. Cuando la intervención se saldaba con un detenido, lo entregaban en la Comisaría de Lonzas. Sin embargo, desde hace más de un año, los policías de ambos cuerpos actúan de forma coordinada: la Policía Nacional se encarga de la seguridad ciudadana, incluido cacheos a los sospechosos, y la Policía Local sanciona las infracciones a la normativa, aunque también siguen actuando en solitario en ocasiones.
En cuanto a las infracciones de los locales de ocio nocturno, los policías municipales del turno de noche de los fines de semana tienden a sancionar en torno a diez locales al mes. La mayor parte de las veces, por incumplir el horario de cierre, aunque también se vigila el exceso de ruido. Otra infracción muy común es orinar en vía pública: alrededor de una docena al mes.
Por estos motivos, fuentes municipales esperan que las estadísticas de arrestos de la Policía Local 2023 desciendan este año, después de en 2022 llegaran al tope de 255. La mayoría de los arrestos se producen por delitos de violencia de género, seguidos de robos con fuerza o violencia y atentado contra la autoridad.
Durante el año pasado, no parece haber crecido el número de lesiones y riñas. Todavía no se conoce 2023 en su totalidad, pero entre enero y septiembre, el número de delitos registrados por esta causa por la Policía Nacional fue de 57, apenas tres menos que el año anterior. Comparada con otras épocas, la noche coruñesa parece una balsa de aceite