Acostumbran a decir los estudiosos, en el repaso de algunos episodios más oscuros, que quien no conoce su propia historia está condenado a repetirla. En el caso de A Coruña, afortunadamente, el coruñesismo y la puesta en valor de los emblemas de la ciudad jamás han perdido vigencia, pero presentados en su debido contexto social, histórico e incluso urbanístico se convierten en todo un ejercicio reflexivo y didáctico que el ciudadano agradece y valora. Bajo esa premisa se inauguró la exposición ‘Las edades de los Cantones’, un repaso por 19 siglos de la que ha sido, es y será “la sala de estar de los coruñeses”, en palabras del alcalde Francisco Vázquez.
Esas cuestiones universales del quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos no sólo se aplican a la existencia del ser humano. También es importante extrapolarlas al espacio físico y vital donde nos desarrollamos y que, en el caso de los coruñeses, genera un vínculo especial, de pertenencia. De orgullo. Esa manera de ser coruñesa, o durante las generaciones más recientes ‘koruña’, tiene mucho que ver con los Cantones. Quizás por eso, con la llegada de las redes sociales, han proliferado los grupos, páginas y portales dedicados a compartir fotos históricas de A Coruña de ayer y hoy. De cómo era la ciudad de nuestros abuelos, o incluso aquella en la que dimos nuestros primeros pasos y de la que apenas quedan vagas y borrosas fotografías en nuestra cabeza. Toda esa demanda la intenta satisfacer El Ideal Gallego, pero elevada a la enésima potencia: 77 elementos gráficos, con 61 fotografías, cinco grabados y cuatro mapas. Desde la duna que pisó Julio César al futuro por construir. Desde los coruñeses que hablaban latín a los que pasearán por ese bulevar como hijos de la tecnología.
El director de El Ideal Gallego y comisario de la exposición, Rubén Ventureira, hizo en su discurso de bienvenida un repaso por la motivación que ha llevado a este diario a plantarse en el corazón de los coruñeses para explicarles cómo fueron sus primeros latidos. Lo hizo, al igual que posteriormente la alcaldesa Inés Rey, con un agradecimiento a los políticos de todos los colores que dejaron de una u otra impronta su legado en la configuración del espacio. Y es que, como quedó patente en el acto, si los Cantones unen a los coruñeses de toda clase y condición, también son capaces de obrar el milagro de unir con una misma sonrisas a todos los grupos políticos representados en María Pita. Pocas cosas generan tal consenso.
Eligió Ventureira unas palabras de Vázquez sobre la curiosa relación de los coruñeses con el tiempo para romper el hielo. “Una vez escuché a un ilustre alcalde decir que, en esta ciudad, da buena suerte que llueva en las inauguraciones”, bromeó. Nada era al azar. Lo hizo alzando la vista al frente, donde el Obelisco es todavía para muchos el kilómetro 0 y punto de encuentro de la ciudad. “Un 10 de febrero de 1895 se inauguró el Obelisco, y llovió a mares”.
Después del agradecimiento al equipo de trabajo que ha hecho posible la exposición, así como a los patrocinadores y colaboradores, Ventureira volvió a tomar a Francisco Vázquez como vehículo conductor para, por primera vez (acabarían por ser unas cuantas a través de diversos oradores, referirse al bulevar como “sala de estar”. De hecho, la relación de los Cantones con El Ideal Gallego, además de ser este el observador centenario de lo que allí ha sucedido, comenzó oficialmente con el nacimiento de este diario en esa misma ubicación en 1917. Y es que, tal y como desveló el director, detrás de la exposición, además del servicio público, están los frutos de una labor de documentación y periodismo de investigación. “Unos días después de presentarse el proyecto de remodelación, en la redacción se planteó la idea de hacer una página doble sobre la evolución de los Cantones. Empezamos a reunir material y primero fue una serie por capítulos y al final pensamos que lo bonito sería realizar una exposición”, confesó.
Si al comienzo de su alocución Ventureira miró al frente para reivindicar el papel del Obelisco, para su despedida se refirió al Banco Pastor, justo a sus espaldas y al otro lado de la exposición. El próximo año se cumplirá el centenario desde que se convirtió en el techo de España. “Los Cantones, y en general esta ciudad, se han construido así. Pensando a lo grande. Es lo que llamo ‘soñar a la coruñesa’. O sea, soñar a lo grande. Que nadie nos diga que no podemos. Que nadie nos lo diga, porque es ir contra nuestra naturaleza”, arengó.
Inés Rey, la regidora encargada de afrontar la próxima reforma de los Cantones, cuya conclusión estableció a dos años vista, necesitó cuatro verbos para definir el carácter coruñés: soñar, debatir, disfrutar y pasear. “Al mismo tiempo que paseamos, debatimos y disfrutamos, y sobre todo soñamos. Nos definen a diario esos cuatro verbos a miles de coruñeses”, dijo. “Por lo tanto, estamos en el centro vital que concreta el ser coruñés, aquí nació esa costumbre de pasear y aquí se simboliza, como bien decía Rubén (Ventureira), el pasado, presente y futuro de A Coruña”, agregó.
La alcaldesa calificó de “magnífica” la iniciativa de El Ideal Gallego y valoró el salto cualitativo que esta dará a los paseos de sus ciudadanos. “Caminar por los Cantones, además de un disfrute, será un paseo didáctico por la historia de nuestra ciudad. A Coruña fue añadiendo espacios vecinales, pero la pieza original de ese puzzle urbano son estos Cantones, donde primero se mostró la personalidad más auténtica de los coruñeses”, prosiguió.
Pasó Rey de la significación al concepto y ordenación del espacio en una defensa de la recuperación del mismo por parte de los peatones. Pero sobre todo reivindicó el carácter igualitario de los Cantones, el espacio común que no entiende de clases, procedencias o niveles económicos. Seguramente, cada coruñés del cuarto de millón total, tendrá una fotografía particular de lo que han significado los Cantones en su vida. Ventureira tiró de clásicos y apuntó al Café Galicia, el Gran Hotel de España, el Hotel Palace, el cine Avenida, la Confitería Los Cantones o Helados La Ibense. Por su parte, la alcaldesa recordó cómo servían de pasarela hacia La Traída o los famosos Los Tigres. Son poco más de un siglo de espacios públicos. Los otros 18 siglos los cuenta El Ideal Gallego a pie de calle en ocho grandes ‘cubos’ expositivos.