El comienzo del curso escolar, el final de la temporada de verano, la recuperación de la plena actividad del Polígono de Pocomaco y el incremento de población han configurado un cóctel imposible de abarcar por momentos para una línea 21 al borde de la saturación. Así lo denuncian varios vecinos de Novo Mesoiro que han visto cómo se quedaban a las puertas, literalmente, del transporte urbano por haber alcanzado éste el límite de su capacidad. En otros casos, han sido los hijos de los residentes los que se han visto privados del servicio en el trayecto de vuelta a casa desde el instituto.
No se trata ni mucho menos de una situación nueva o sorprendente para el barrio periférico, pero desde la asociación vecinal han decidido dar un paso al frente después de tres días consecutivos de denuncias, cabreos y quejas de sus asociados. Así, en una carta remitida tanto a la alcaldesa Inés Rey como al director de Tranvías, Ignacio Prada, muestra su “preocupación” por la situación del transporte público y solicita un refuerzo para el mismo.
“Hemos recibido varias quejas de usuarios que no han podido subir a los autobuses al mediodía porque iban llenos”, dice la misiva. “Esto afecta especialmente a los menores de edad, que tienen que volver a sus casas o a sus centros educativos; esto causa mucha angustia y desconfianza”, añade. Como solución, la asociación vecinal propone que se refuerce el servicio y se aumente la “frecuencia y capacidad” de los autobuses, así como una colaboración mano a mano con la asociación “para que podamos informarles de las necesidades y demandas de los usuarios”.
Uno de los testimonios de los vecinos relata cómo a las 14.30 horas el autobús no se detuvo en tres de las paradas programadas y los estudiantes se quedaron sin poder acceder al interior. Otro se refiere a cómo “los chavales de Bachillerato del IES Elviña se quedaron tirados en la parada, después de que pasaran dos buses y uno recogiera a unos pocos, pero el segundo ni siquiera hiciera la parada”.
Acostumbrado a tener sobre la mesa el tema del transporte público, el presidente vecinal, Víctor Lamela, se conforma con una medida similar a la que el año pasado supuso un alivio. “La solución es fácil: el año pasado pusieron refuerzo todo el curso escolar y no volvió a haber problema, esperemos que no sea algo que se quieran ahorrar”, suspira.
Lamela asegura que además de los alumnos del IES Elviña hay otros vecinos del barrio que se desplazan a colegios de toda la ciudad. Además, la llegada de un call center nuevo a Pocomaco ha incrementado la demanda.
Fuentes de Tranvías aseguran haber recibido la carta de queja de los vecinos por la saturación de la línea 21 a lo largo de la tarde de ayer y, que después de un análisis de la problemática planteada, habrá una respuesta a la asociación vecinal de Novo Mesoiro “como corresponde”.
Durante los últimos años la línea de comunicación entre ambas partes ha sido permanente y, después de casos similares desde Tranvías ya se llevaron a cabo refuerzos de la línea 21, la única que da cobertura a un barrio que prácticamente alcanza los 10.000 habitantes. El problema de primera hora de la mañana, cuando los residentes se desplazan a trabajar, no se ha vuelto a reproducir.