Los comerciantes tienen claro que la subida de precios generalizada provocará cierres de negocios en los próximos meses. Todo puede pasar, pero lo cierto es que desde enero, cuando había 900 locales en alquiler en el circuito de comercialización de la ciudad, la situación ha sufrido variaciones. El verano parece que animó a los emprendedores a montar un negocio, ya que los 900 bajos comerciales vacíos de principios de año descendieron hasta los 775 en julio.
Ahora, en octubre, y según el último informe de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), ha vuelto a haber cierres, pero el número sigue siendo menor que en enero, con 820 bajos en arrendamiento. Esto, sin embargo, tiene otra lectura, y esta tiene que ver con el precio. En enero el metro cuadrado de un local comercial costaba 7,20 euros; en julio, 8,75 euros; y ahora, 8, un 11% más que hace nueve meses. No solo eso, su valor es el más alto de las principales ciudades gallegas, seguido de Vigo, con un coste de 7 euros el metro cuadrado.
Según la patronal inmobiliaria, el incremento de los locales vacíos se acentuó principalmente a lo largo del mes de septiembre, debido al fin de la temporada estival y los efectos “brutales” del coste de la energía e impuestos. “Un amplio porcentaje de actividades económicas regentadas por autónomos no da asumido el precio de los alquileres de los locales comerciales en sus calles céntricas o semicéntricas, que son las únicas que le pueden a priori garantizar una viabilidad de su actividad económica. Es totalmente inasumible el coste energético”, refleja la federación en su informe.
Los sectores que más sufren la subida de precios son la hostelería, restauración y ocio, y estos, además del comercio, son los que más se traspasan. Desde Fegein aconsejan a los propietarios arrendar sus locales a un precio acorde al mercado antes que tener un bajo vacío que solo origina gastos y deterioro. “La propiedad de un local comercial representa unos gastos medios anuales de 3.000 euros al tener que hacer frente a gastos como comunidad, IBI, mantenimiento de los servicios de agua o luz”. El presidente de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias, Benito Iglesias, enumera la luz, los carburantes, impuestos, costes laborales y gastos en alquiler como causantes de ser la “espada de Damocles” de las pequeñas actividades económicas desarrolladas en los bajos comerciales.
“Los propietarios tienen que comprender que, si no se abarata el precio, ante una oferta abundante como la actual, aumenta las posibilidades de que ese local quede vacío”, insiste. No solo eso, también considera que la recuperación del verano fue “únicamente transitoria, y así lo constatamos en octubre”, conluye.