El teatro Rosalía se llenaba al grito de “Saúde, feminismo e teatro” para dar comienzo la gala de los premios de teatro María Casares que, en el centenario de la intérprete, ponía el foco en las tablas como el hogar de todas aquellas personas desplazadas.
Entre patria y patria de María Casares se entregaron unos galardones que pusieron el foco en la importancia del feminismo y del teatro en gallego.
Apenas pasados dos minutos de las 21.00 horas se entregaba el primer María Casares, al mejor vestuario, galardón que estrenó la gala y que recibió Silvia Delagneau, por “Othello”, de Voadora. La obra repitió minutos más tarde, al recibir Nuno Meira el premio a la mejor iluminación.
Pero fue “Cigarreiras”, de Contraproducións e Teatre Romea la obra que más premios recibió, al llevarse primero el de mejor escenografía (Dani Trillo) y luego el de mejor dirección, a Candido Pazó, quién recogía el galardón al grito de “Vivan as cigarreiras”. Tan solo pasaron unos minutos cuando Pazó regresó al escenario para recibir el premio a mejor espectáculo, momento en que recordó, ante un auditorio que no pudo evitar la carcajada, que “o mellor é isto, estar todos aquí xuntos, coa cara descuberta, cuspíndonos á cara”.
La gala rindió homenaje a Lino Braxe, a Chete Lera, a Domingo Villar, a Emilio Sacarrera y a Pedro Brandariz
Pero los María Casares, este año, se repartieron de manera muy equitativa, ya que “Comando Comadres”, de Matrioshka Teatro, también recibió dos premios: el de mejor maquillaje (La Pelu F. Silva) y a la mejor actriz secundaria (Anabell Gago). También se llevó otros dos galardones “Terceiro Acto”, del Centro Dramático Galego: el de mejores actor y actriz protagonistas, a Eduardo R. Cunha “Tatán” y Belén Constenla, respectivamente.
El resto fueron individuales: la mejor música original, a “A Cazola de Lola” (Ailén Kendelman); la mejor adaptación, a “A lúa vai encuberta (Vanesa Sotelo); el mejor texto original a “A parábola do angazo”; el mejor actor secundario, Fernando Dacosta (por “Morgana en Esmelle”); y el mejor espectáculo infantil a “Hugo”.
Durante la gala, también se entregó el premio honorífico Marisa Soto, a título póstumo, a Lino Braxe, precisamente uno de los grandes impulsores de los galardones que ayer se entregaban. “Póstumo, pero para nada fúnebre”, acentuaba Luma Gómez, antes de entregar el premio a María Braxe, que recordaba que “moitas das súas obras están se estrenar, espero, e esperamos, velas enriba dos escenarios, o resto, é silencio”.
El de Braxe no fue el único homenaje, ya que durante la gala también hubo un recuerdo especial para los recientemente fallecidos Chete Lera, Domingo Villar, Emilio Sacarrera y Pedro Brandariz, que llenaron el teatro Rosalía de aplausos durante varios y merecidos minutos. l