La psicología y la salud mental han conseguido saltar al debate público sin tabúes, tanto en la política como en la sociedad. Según Verónica Rey, psicóloga especialista en terapia infantil y de adultos, son muchos los factores que determinan la superación definitiva de la pandemia.
¿En qué punto nos encontramos cinco años después en lo que a salud mental se refiere o cuestiones como la ansiedad?
Está bien entenderlo por parámetros de edad, pero también por vulnerabilidad. Los niños que convivieron en entornos con violencia lo han sufrido más que los que lo hacían en un entorno sano. La desigualdad en el acceso a la atención psicológica ha sido determinante: había una alta demanda por un lado pero muy pocos recursos destinados a la atención y a la salud mental. Venir a las consultas privadas era inviable para mucha gente.
Se puso mucho el foco en los adolescentes y las consecuencias futuras, ¿aún tiene pacientes que no han superado ese momento?
En los adolescentes la interrupción de la educación como de la interacción social determinó el desarrollo emocional. Han aumentado mucho los niveles de ansiedad y depresión. No es lo mismo un estrés postraumático por una pérdida que uno por aislamiento o enfermedad. En consultas sigo viendo gente que lidia con esos síntomas en la vida diaria.
¿Ha sido un agravante o un desencadenante?
Estoy tratando gente que antes de la pandemia traía su mochila, pero esos años supusieron un punto significativo en ese cuadro. Aunque las consecuencias psicológicas han disminuido, sigue siendo signficativo el número de casos. A día de hoy la ansiedad y la depresión han crecido bastante respecto a 2019, aunque tampoco se puede achacar todo a la pandemia.
¿Cuál es el cuadro que se espera a corto plazo?
Dejemos por delante que se han disminuido mucho las consecuencias de todos aquellos años, afortunadamente.