La misma sensación de viaje a un mundo mágico que sintieron a comienzos del siglo XX los visitantes al Salón Villa de París regresará muy pronto al número 8 de la calle Real. Lo hará recuperando buena parte de la esencia de un lugar grabado en el corazón de la ciudad, incluidas las proyecciones que le convirtieron, hasta su cierre en octubre de 1999, en la sala de cine decano del panorama nacional.
Cada paso administrativo respecto al tratamiento del inmueble está al nivel del patrimonio municipal que representa. Así, la licencia de los promotores que darán el paso al frente, agrupados bajo el nombre Torreiro 4, no recibió el visto bueno del Plan Especial de Reforma y Protección Interior (Pepri) hasta el pasado lunes. Del mundo del cine se puede recuperar el dicho de que “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, y en este caso pasa por la recuperación del aspecto original que pervive en la retina de los coruñeses. Atrás quedará el legado de dos décadas como tienda de Inditex, al que muchos se referían como “el Pull del Cine París”.
Sorprender en el año 2022 se trata de un ejercicio de excelencia a la altura del nacimiento del local, primero como sala en 1908 y posteriormente como cine, ya en 1951. Uno de los conceptos favoritos entre los que resucitarán el Cine París es el término disruptivo, lo que según la RAE supone “todo aquello que produce una ruptura en el desarrollo de la actividad de un sector para propiciar una renovación radical”. Para ello han tomado prestado la hospitality u hospitalidad de la Formula Uno, así como una oferta de bebidas únicamente premium, en formato magnum (ello es, 1,5 litros en lugar de los habituales 0,70).
Pero el paladar no será el primero de los sentidos a impactar. Adentrarse en el Cine París resultará una experiencia en sí: Mantendrá la estructura de dos plantas, con un ambiente y un público objetivo totalmente distintos. La principal funcionará a modo de punto de encuentro para un público heterogéneo, más próximo al recientemente extendido hábito del after work. Para el resto de los ambientes, que se dividirán a algo parecido a cielo, purgatorio e infierno, queda la noche. Lo único común para todos ellos es que los clientes estarán sentados, en sus propios reservados, donde recibirán una atención exclusiva.
Otro concepto rompedor en la forma de disfrutar será la europeización de los horarios: No se tratará de un local de noche y no abrirá más allá de las dos de la mañana, por lo que sus clientes se irán a casa prácticamente a la misma hora que los que abandonaban las sesiones golfas de los viernes.
La recuperación del Cine París sería imposible sin el cine en sí. Y en ese sentido habrá lugar para la programación cultural: Los miércoles se realizarán proyecciones de cine clásico a modo de cineclub, mientras que habrá presentaciones literarias, para lo cual la intención es contar con la librería Arenas.
Bajo la denominación de Torreiro 4 subyacen años de experiencia y una búsqueda de la excelencia: Javier Rosales, director de relaciones públicas en el Playa Club, ejercerá de director de operaciones, mientras que la seguridad quedará para Higinio Martínez, decano del sector en la ciudad. El talento será condición sine qua non en puerta, barras, comunicación y desarrollo.