Este año, dos calles de A Coruña se unirán al exclusivo club de aquellas que cuentan con escaleras mecánicas o ascensores, en un esfuerzo por fomentar la movilidad vertical que, a diferencia de la horizontal, es exclusivamente peatonal. Este año se van a invertir 1,5 millones de euros (procedentes de fondos europeos) para instaslar un ascensor en Pintor Villar Chao e instalar un escaleras mecánicas en Adelaida Muro. Son el próximo paso de un proyecto que se inició en 2014 y en el que se han invertido más de 4,1 millones de euros.
Salvar esas altas cuestas de las que A Coruña está tan bien provista es un objetivo ineludible para una población cada vez más avejentada. Monte Alto, por ejemplo, donde se encuentra Adelaida Muro, tiene una media de edad de más de 60 años. Y hay que tener en cuenta que en toda la ciudad viven casi 20.000 octogenarios para los que cualquier pendiente supone un desafío.
Fue el Gobierno de Carlos Negreira el primero en afrontar una obra de este estilo con la construcción de un pequeño ascensor en el cruce de la calle de Ramón Cabanillas con la avenida de Arteixo. Era 2014 y en ese momento, se trató de una obra pequeña, de poco más de 143.000 euros (sin contar el efecto de la inflación, puesto que con ese presupuesto sería imposible hoy en día) pero que ahora cobra todo su sentido al integrarse dentro de la ronda peatonal, que se está construyendo entre A Gaitiera y la calle Barcelona, como un eje vertebrador que permite caminar de una punta a la otra de la ciudad.
De hecho, durante la etapa del PP fue cuando se llevaron a cabo la mayor parte de los proyectos de este estilo. El entonces concejal de Urbanismo (y actualmente, director de la Autoridad Portuaria), Martín Fernández Prado, presentó los de Maestro Clavé, Capitán Troncoso y la calle Plaza, frente a San Agustín, además del de Ramón Cabanillas. Todas ellas calles que se encontraban en desniveles profundos, con cotas que se salvaban con escaleras que los vecinos preferían evitar. Poco a poco, se fueron inaugurando las escaleras mecánicas o los ascensores.
En realidad, los expertos prefieren los segundos, porque son los únicos que ofrecen una accesibilidad universal. Pero la inclinación del terreno a veces no deja opción que las escaleras. Estas suelen generar más problemas mecánicos por su exposición a la lluvia, como ocurre en el caso de Maestro Clavé, donde los vecinos han protestado por la frecuencia con la que se estropea. Aunque se ha planteado en numerosas ocasiones la posibilidad de una cubierta, nunca se ha ejecutado.
En las dos nuevas actuaciones, Adelaida Muro contará con escaleras mecánicas y Pintor Villar Chao, con un ascensor. El PP también planteó un elevador en Historiador Vedía, que facilitara el tránsito de la plaza de San Pablo hasta Ciudad de Lugo, pero nunca se llegó a proyectar. Por su parte, la Marea Atlántica si proyectó el elevador de Os Castros, pero nunca llegó a ejecutarlo. Se inauguró a finales de 2021, tras invertir 402.000 euros aunque los vecinos de Os Castros no estaban totalmente satisfechos con la solución que les ofrecía, porque no salvaba toda la pendiente e la avenida de la Concordia. El Ayuntamiento les replicó que llegaban hasta donde era posible. Más de dos años después de su instalación, reconocen que ha servido para mejorar la movilidad en la zona.
Se da el caso de que los ascensores son más económicos que las escaleras mecánicas, además de averiarse menos y de facilitar de forma más eficiente la accesibilidad. En el caso de Pintor Villar Chao, el Ayuntamiento invertirá alrededor de 433.000 euros. En el de Adelaida Muro, el presupuesto rebasa el millón de euros. Y, además, su construcción es más rápida: once meses en el primer caso, ocho en el segundo.
No será suficiente, en todo caso, para aliviar el trabajo de los peatones que tienen que afrontar subidas como la cuesta de Pla y Cancela, la de la ronda de Outeiro o la de Nelle, o la de Sinfónica de Galicia. Para los mayores suponen auténticas barreras y resultan difíciles de salvar. Urbanismo instala pasamanos para algunos de los tramos más empinados y dispone bancos a tramos regulares, porque es una demanda muy frecuente. En los últimos años, se han instalado más de 7.000.
Pero la movilidad vertical no se acaba en las calles: muchos de los edificios de A Coruña son antiguos, de pocas alturas, y no cuentan con un cómodo ascensor, que se vuelva imprescindible cuando se sufre alguna minusvalía. El Ayuntamiento ofrece ayudas a las comunidades de vecinos para que realicen reformas en sus edificios. No siempre hay espacio para realizarlas, y algunas comunidades no se animan a afrontar el papeleo y o las molestias.
El Ayuntamiento decidió reducir este año las partidas dedicadas a mejorar la accesibilidad en viviendas. Antes invertía 1,45 millones de euros, que ha pasado a ser tan solo de un millón. El motivo es que las desviaciones entre lo presupuestado y ejecutado eran tan grandes (423.000 en 2022), que se ha decidido ajustarlo. Muchas de las comunidades e vecinos que lo solicitan descubrían que la obra era imposible de ejecutarla por razones antes citadas. La movilidad se sigue mejorando, pero lentamente. Escalón a escalón.