Hace 25 años que se construyó la cochera de Tranvías, y el BNG ha aprovechado la efeméride para preguntar al Gobierno local qué planes tienen para dar un uso a estas instalaciones, que llevan abandonadas desde hace más e dos años. Resulta que no tienen ninguno. “Non existen polo de agora plans para dito edificio nin para os tranvías” es la breve respuesta del Gobierno local a la edil nacionalista, Avia Veira.
Veira también inquirió al Gobierno local si la Compañía de Tranvías, que era titular de la concesión, entregó tanto las llaves del edificio como de los vehículos, dado que en los dos casos se trata de propiedad municipal. Y ahí sí que consiguió una respuesta más esclarecedora, aunque igualmente lacónica: “As instalacións e os coches xa foron entregados ao Concello”. Fue en diciembre de 2020 cuando se liquidó en Junta de Gobierno el contrato ya suspendido durante el Gobierno de Carlos Negreira en julio de 2011, tras pagar a Tranvías 498.000 euros por gastos impagados.
El BNG considera que el Ayuntamiento debería consultar a los vecinos del barrio sobre posibles usos de este espacio, que se ubica en la antigua cantera de Monte Alto y que prácticamente está excavado en la roca. El edificio de la cochera ya fue examinado a principios de 20201 por un equipo de técnicos municipales que evaluaron y sus posibilidades. Sería necesario realizar reformas pero su estructura industrial, formada con naves muy abiertas, lo hace ideal para grandes eventos, que permitan congregar a mucha gente bajo cubierto y, al mismo tiempo, su carácter subterráneo reduce la emisión de sonidos.
Pero existen otras opciones, que se barajaron ya hace un año. La más fácil es convertir el patio delantero en un aparcamiento provisional para vecinos y caravanas. Conviene recordar que en 2020, se puso en marcha una iniciativa para retirar caravanas del aparcamiento de la Torre de Hércules y situarlas en otros lugares como el Aquarium Finisterrae. .
La infraestructura de Tranvías, una de las apuestas más conocidas del alcalde Francisco Vázquez para atraer turismo, no solo resultó deficitaria, sino también han supuesto un problema. En el caso de los raíles, por ejemplo, resultan polémicos por el peligro que suponen para el tráfico rodado porque en ellos patinan los neumáticos cuando llueve.
En 2020, aprovechando el confinamiento, la Concejalía de Movilidad transformó las vías ya imposibles de reparar por falta de mantenimiento, y convirtieron el tramo del Paseo Marítimo de Riazor y Orzán en un carril “runner” o sea, para corredores, con un pavimento especial.