El alza del precio del combustible, la inflación y el elevado coste de las materias primas y la electricidad dejan un escenario negativo para los pequeños autónomos, que luchan por mantener abiertos sus negocios.
El presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos de Galicia (ATA), Rafael Granados, asegura que todas estas variables “están ahogando a los comercios, hasta el punto de que va cada vez a más y se está agudizando con el paso del tiempo”. En la provincia de A Coruña, un total de 328 comercios han echado el cierre entre el mes de diciembre y julio, mientras que la hostelería ha ganado terreno, con 141 nuevas aperturas. Además, en verano hubo más movimiento, y es que entre junio y julio se dieron de baja 45 establecimientos comerciales y hasta 66 locales de hostelería se afiliaron a autónomos.
Granados analiza la tendencia actual y considera que, además de los factores económicos, las peatonalizaciones juegan un papel fundamental en la actividad de los autónomos. “La humanización de calles afecta de forma negativa para el comercio y de forma positiva para la hostelería. Hay que tener en cuenta que si las personas no pueden aparcar cerca de los comercios, no van a ir cargando con las bolsas. Por el contrario, al ser zonas de paseo, la gente sí se va a sentar en un bar a tomar algo”, dice.
El presidente de ATA Galicia también señala los errores cometidos por muchos autónomos que buscaron emprender sus negocios hosteleros en los barrios coruñeses. “Hay muchos casos de personas que se lanzaron a abrir un bar sin valorar todo lo que implicaba y el trabajo que tenía detrás”, comenta.
Estos dos sectores, sin embargo, no son los únicos que han visto variar su actividad. “Está creciendo mucho todo lo relacionado con actividades científicas o de información, ya que no dependen de combustibles o materias primas”, reconoce Granados. Por ello, los datos a nivel provincial de ATA Galicia reflejan el crecimiento de sectores como la información y la comunicación, inmobiliario, científico y técnico, sanitario, artístico y administrativo. Caen, por el contrario, la agricultura, industria, construcción, transporte, educación, finanzas y seguros y el ya mencionado comercio.
El Gobierno local abrió la semana pasada el plazo para solicitar las ayudas de 2.000 euros que concede a autónomos y pequeñas y medianas empresas. La finalidad de esta convocatoria, dotada con 400.000 euros, es “promover la consolidación del tejido comercial, profesional, hostelero y, en general, empresarial, así como apoyar el mantenimiento y la creación de empleo que genera este sector económico en nuestra ciudad tras la crisis provocada por la pandemia”, apuntan fuentes municipales. Dicho tejido empresarial está compuesto, en su mayoría, por microempresas y trabajadores autónomos, a los que se dirigen estas subvenciones para el mantenimiento de la actividad económica.
Rafael Granados califica de “positiva” toda ayuda que los trabajadores autónomos puedan recibir, aunque siempre teniendo en cuenta “a cuántos llegan, los requisitos que se piden, la agilidad con la que se concede y si compensa con lo que luego hay que pagar en la declaración de Hacienda”.