Una noche sin dormir demasiado, imaginando posibles escenarios, un atasco para llegar a la facultad y, por fin, el comienzo de los exámenes. Un año más, la tan temida selectividad (aunque desde hace años ya no se llame así y ahora responda al nombre de EBAU) llegó por fin para ejercer como transición entre el instituto y el comienzo de la vida universitaria para miles de jóvenes. En esencia, es lo mismo de siempre: tres días de exámenes buscando la mejor calificación posible para tener preferencia a la hora de elegir carrera.
A las diez de la mañana, el examen de Historia de España, uno de los más temidos, suponía el inicio de esta maratón. En A Coruña, tanto los campus de Elviña como A Zapateira eran el escenario. Los alumnos disponían de hora y media para completar esta primera prueba, aunque, a partir de las 11.15, muchos de ellos ya empezaban a abandonar las aulas. Habían tenido que elegir entre tres opciones para hacer una composición de texto: la segunda República, la revolución gloriosa del siglo XIX y la transición del siglo XX.
“Justo el tema que cayó, la segunda República, me lo sabía todo súper bien y fue todo muy fluido. Yo me siento al final de todo y me dieron el examen de última. Me estaba muriendo de nervios mientras repartían, pero al ver que era esa pregunta ya todo fue bien”, explica Sofía, alumna del Zalaeta, que hace las pruebas en la facultad de Derecho. Su compañera Lucía también estaba satisfecha. “Ahora vienen exámenes más sencillos. Creo que todos queríamos quitarnos Historia de encima porque era lo más difícil. Y me salió muy bien”, explica.
Por su parte, Dulce, también del Zalaeta, todavía le daba vueltas al examen. “Me olvidé de poner los nombres de los partidos políticos. Y me los sabía. Me dolía la cabeza y estaba muy preocupada por Historia. Pero ahora ya está hecho y ya pasó lo peor. Voy a quemar los apuntes, literalmente”, asegura, antes de irse para ponerse a repasar: “Voy a darle un último vistazo a Lengua Castellana, que lo tenemos ahora”.
Otro de los centros cuyos alumnos se examinan en Derecho es el Rafael Puga Ramón. Gabriel sale del examen de Historia aliviado. “Me ha salido bien. Le tengo más miedo a Lengua Castellana, pero es porque para esa he estudiado menos”, admite. Su compañera Paula sale muy contenta después de una montaña rusa de sensaciones. “Ayer estaba mucho más nerviosa que hoy, aunque por suerte, dormí muy bien por la noche, por raro que parezca. Al llegar al examen volvieron los nervios, pero cuando vi las preguntas que caían ya me tranquilicé porque me lo sabía bien”, relata. Ahora, guarda los apuntes, aunque aún faltan muchos exámenes. “Mucha gente se pone a estudiar entre examen y examen, pero yo prefiero no hacerlo. Creo que solo serviría para liarme más”, asegura.
Al lado de Paula está Marta, aunque ella tiene una expresión diferente, de preocupación. Y es tajante. “Me salió bastante mal”, afirma. “Entró un tema que no me había estudiado. Me lo miré hoy por la mañana y me salió regular. Había dos opciones del siglo XX, pero había preparado el XIX, y entró justo lo que no me había mirado. Lo hacemos todos así: preparamos un siglo u otro para tener menos materia”, explica. De todas maneras, no se desanima y ya piensa en los siguientes exámenes. “Ahora, de los demás, el que más me preocupa es latín. A ver si me da la nota para estudiar Filología”, añade.
Después de la jornada inaugural de este martes, el miércoles también hay exámenes por la mañana y por la tarde, y todo acabará el jueves por la mañana. Y ese final, en realidad, será un nuevo comienzo. La universidad espera al otro lado.