Uno de los hitos de la Concejalía de Medio Ambiente durante el mandato pasado fue la designación del arenal de Bens como la primera playa canina de la ciudad. Fue una designación con bastante retraso, es cierto, puesto que el pleno lo votó en abril. El objetivo es que los mejores amigos del hombre puedan disfrutar del agua en verano, cuando comienza la temporada de baño y su presencia ya no está permitida. Medio Ambiente tenía la intención de acondicionarla, de manera que Bens contara con la misma infraestructura de los otros arenales coruñeses, pero el Ayuntamiento no ha ejecutado ninguna inversión. 

La hasta el sábado concejala del área, la socialista Esther Fontán, había comentado su intención de acometer unas reformas en Bens para ponerlo a la altura de los otros arenales coruñeses. El contrato incluía: instalar boyas en el mar, para señalizar las zonas de rocas, construir una rampa de acceso, acondicionar la zona del aparcamiento y colocar lavapiés y una ducha para los bañistas. Nada de esto se ha hecho. 
 

También habría sido necesario realizar tareas de mantenimiento, como rastrillar la arena. En cuanto a la calidad del agua de Bens, que siempre está cuestionada, desde el Ayuntamiento señalaban que los niveles son mejores de lo esperado, y aptos para el baño. Por otro lado, tampoco hay socorristas.
 

Sin bandera azul  

Bens fue escogida como playa canina precisamente porque no tiene bandera azul. Según había manifestado Fontán,  si se permite el acceso a animales a la playa se pierde este prestigioso distintivo (excepto los perros guía). Por eso se decidió por Bens, a pesar de que su lejanía respecto al núcleo urbano de A Coruña desanima a muchos amantes de los perros. 
 

En la misma Ordenanza de Bienestar Animal que designa Bens como playa canina también se incorporaron otras novedades, como un nuevo régimen sancionador con multas más altas para los dueños de perros infractores. Así, las infracciones leves irán de 100 a 500 euros; las graves, de 501 a 5.000, y las muy graves, de 5.001 a 30.000 euros.
 

Los dueños de los canes deben limpiar con agua sus orines o exponerse a sufrir alguna de estas multas, aunque lo cierto es que el Ayuntamiento no sanciona demasiado este tipo de comportamiento. En realidad, en los tres últimos años, la Policía Local casi no ha sancionado a nadie por ese motivo.  Así figura en las estadísticas oficiales del 092. Sin embargo, otras fuentes municipales manejan datos distintos y aseguran que, en realidad, se han tramitado 21 expedientes en tres años. En ningún caso, una aplicación muy rígida.