El concierto del portorriqueño Luis Fonsi, que tuvo lugar el lunes en María Pita, puede considerarse un éxito de público, pero sobre todo de seguridad, puesto que el dispositivo se puso al límite ante la avalancha de público que abarrotó no solo la plaza, sino las calles aledañas. 30.000 personas se agolparon en un espacio reducido. Previendo lo que podía ocurrir, se había puesto en práctica por vez primera un dispositivo novedoso: dividir la plaza con pasillos que formaban una “T”, para prevenir aplastamientos. A pesar de ello, testigos relatan golpes y enfrentamientos por entrar en la plaza, aunque la situación no llegó a degenerar.
El director de Seguridad Ciudadana, Carlos García Touriñán, lleva cuarenta años de servicio, fue el organizador del dispositivo y niega problemas: “No fue muy complicado. Hubo conciertos como Mecano finales de los noventa, que lo fueron más”. Pero la diferencia con el mítico grupo es que en esa época, los conciertos de María Pita eran de pago de manera que resultaba más fácil a los responsables controlar el acceso del público.
“Hubo un momento en que la situación empeoró”, admite Touriñán. Fue alrededor de las nueve y cuarto, cuando todavía no había empezado el concierto y comenzó a llover con fuerza. El público comenzó a agruparse bajo los soportales, bloqueando el acceso para los recién llegados desde la calle de La Franja y la de Riego de Agua. En cuanto escampó, el público volvió a llenar la plaza, pero había aglomeración en los principales accesos, donde la gente se impacientaba.
La calle de La Franja estaba abarrotada, y los que no podían acceder a la plaza intentaban abrirse paso a codazos, lo que derivó en varias escenas de tensión. Aunque ya se esperaba una gran afluencia de gente, Touriñán decidió cerrar la plaza media hora de antes de lo planeado, a la altura e la calle de la Trompeta. Los agentes municipales que formaban parte del dispositivo, compuesto por quince personas, se ocuparon de hacerlo. “El problema es que, por la posición de María Pita, el 90% entra por el mismo lado”, explicó el director de seguridad Ciudadana.
El objetivo es que el resto del público entrara por Puerta Real, en la parte de la plaza menos congestionada. Una vez se encontraron con tres pasillos que partían del centro de control de sonido del centro de María Pita, y que partía en tres la plaza. No solo evitó aplastamientos y agobios, sino que hizo mucho más fácil su evacuación después del concierto, encaminándolos a distintas salidas. La plaza se evacuó en ocho minutos.