La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha confirmado la condena de seis años y once meses de cárcel que la Audiencia Provincial de A Coruña le impuso a una acusada de explotar sexualmente a una mujer en habitaciones de pisos alquilados en A Coruña y Lugo.
El tribunal la considera autora de un delito de trata de seres humanos con la finalidad de explotación sexual en concurso con otro de prostitución, un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, un delito de falsedad y otro leve de maltrato.
Así, la Sala estima probada "la captación con fines de explotación sexual", basándose en la declaración de la víctima, en las testificales de la persona que le ayudó en el programa de víctimas de trata y de quien se hallaba en la estación de autobuses donde se refugió tras huir de la condenada, así como en las periciales practicadas, el informe médico forense y el informe policial sobre los datos obrantes en el teléfono móvil.
"La versión de la acusada, esto es, que se limitó a ayudar a su prima pagándole el viaje, acogiéndola y proporcionándole un trabajo en el sector de la prostitución que ella misma ejercía, aparece contundentemente desmentida por el resultado de una prueba que ha sido racionalmente valorada por la Sala sentenciadora y en la que no se aprecia atisbo de irracionalidad, de carencia de lógica o de apartamiento manifiesto de las máximas de experiencia", concluye el alto tribunal gallego.
Además, considera probado, al igual que la Audiencia, que la condenada se aprovechó de la "situación económica" de la víctima, que era su compatriota, así como "de su falta de arraigo en España", para hacerla "prostituirse en unas condiciones de trabajo totalmente abusivas, obligándola a trabajar sin límite de horas todos los días de la semana".
Los magistrados relataron en la resolución de primera instancia, ahora corroborada por el TSXG, que cuando la afectada le dijo que quería dejar de prostituirse y volver a Colombia, "reaccionó empujándola, tirándole el pasaporte a la cara, quedándose con él después, y diciéndole que la apuñalaría y la mataría si no seguía trabajando hasta pagarle la totalidad de la cantidad que le reclamaba".
Finalmente, la víctima logró abandonar la vivienda y se refugió en la estación de autobuses, donde fue ayudada por personal de seguridad y, más tarde, por agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Contra la resolución del TSXG cabe presentar recurso ante el Tribunal Supremo.