El contrato de gestión de la planta de tratamiento de basuras de Nostián, el de mayor presupuesto (334 millones de euros en 17 años) es también el más problemático que ha tenido que afrontar el Gobierno local. Caducó en enero de 2020 y la alcaldesa ha repetido una y otra vez que se licitaría antes de que acabara el mandato. Ahora, a mes y medio de las elecciones, la realidad parece imponerse. El concejal popular Roberto Rodríguez, que presidente la comisión de Medio Ambiente, salió de ella con una idea clara: “Es prácticamente imposible licitar el contrato”.
El portavoz del BNG, Francisco Jorquera, señaló que le parece “evidente” que no se podrá conseguir este objetivo. Sobre este punto, Rodríguez matiza inmediatamente: “En realidad, es posible licitar lo que tienen. El problema es que lo que tienen es una chapuza”. El principal problema que tiene el Gobierno local es que decidieron apostar por un cambio de modelo de recogida de basuras amparándose en la nueva normativa que saldrá este verano, sin contar para nada con sus socios del Consorcio As Mariñas.
Dicho consorcio agrupa a los municipios del área que envían cerca del 50% de la basura que recicla Nostián. Sin ellos, la planta no es viable, y están muy preocupados por el aumento de costes que implicaría cambiar los contenedores para ajustarlos al nuevo modelo, por ejemplo. “Se aprobó en pleno llegar a un acuerdo con el consorcio y licitar unos pliegos de condiciones que cumplan con los requisitos europeos”, recordó.
En efecto, en la documentación presentada se señalaba que la planta no podría cumplir con las normativas europeas respecto a los niveles de reciclajes. Hay que decir que pocas plantan los cumplen, aunque A Coruña es más efectiva en sus tasas de reciclaje que, por ejemplo, la planta de Sogama, que sigue el modelo de tres contenedores que el Ayuntamiento pretendía implantar. “Si van a licitar, sería algo que no cumpliera con estos requisitos, lo cual sería un tremendo error sin justificación económica ni medioambiental”.
Además, existe otro punto importante: la Concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, informó a los concejales de la oposición reunidos ayer que se está finalizando un documento que acompañe la petición de excepcionalidad al Miteco (Ministerio de Transición Ecológica). Es decir, que A Coruña pueda seguir con su actual sistema atendiendo a su rendimiento, que está por encima de la media española. En la redacción de este documento también participan los técnicos de As Mariñas como parte del acuerdo alcanzado en una reunión.
A este respecto, el portavoz del grupo municipal del BNG, Francisco Jorquera, señaló que, aunque apoya la elaboración del informe, no lo considera suficiente y pide que la alcaldesa lo acompañe con “xestións políticas para que o Goberno central acepte a excepción coruñesa”.
Pero Nostián no fue el único tema del que se habló en la comisión de ayer. También surgió el de STL, el sindicato de limpieza investigado por corrupción (conseguía empleos en la adjudicataria de limpieza a cambio de una comisión). La oposición criticó la falta de control por parte del Ayuntamiento, pero la concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, señaló que mantenía reuniones periódicas tanto con la empresa como los sindicatos. Por supuesto, ninguno les informó de lo que ocurría, solo de problemas de material y otras cuestiones.
Pese a todo, la Concejalía de Medio Ambiente tenía previsto sacar un contrato para el control de calidad de estas concesiones, pero el conflicto del año pasado del servicio de recogida de basura se cruzó en su camino: fue necesario destinar el dinero para la contratación de un servicio de emergencia que retirara la basura de las calles.