Que los tiempos cambian y que hasta tradiciones como el Sorteo de Navidad se amoldan a los nuevos ritmos lo evidencia el hecho de que, por ejemplo, las administraciones han dejado de ser un punto de encuentro masivo. De hecho, el responsable del establecimiento de Pablo Picasso se tomó la mañana del domingo como un día más, posiblemente sin confiar demasiado en su suerte: mientras repartía el Cuarto Premio, Manuel estaba surfeando las olas en una playa del entorno de A Coruña.
No fue hasta dos horas después del anuncio cuando, tras poner pie en tierra y comprobar su móvil, se dio cuenta de que en ese momento era uno de los hombres más queridos del barrio.