El ocio nocturno y los últimos meses del año parecen vivir un idilio en A Coruña de tal forma que, de cara a la próxima celebración de Halloween, Navidad y Fin de Año la ciudad podría tener lista ya una nueva macrosuperficie en forma de discoteca. Un grupo inversor dedicado al mundo de la noche, y que actualmente ya cuenta con locales en varias zonas de marcha de la capital herculina, ha solicitado el informe vinculante al Ayuntamiento (proceso previo a la licencia) para la construcción de una discoteca de 6.000 metros cuadrados de extensión.
La intención de los promotores es que las primeras actuaciones comiencen con la llegada del verano y que la obra esté lista para noviembre, a pesar de lo ambicioso del proyecto. Y es que entre los reclamos de lo que pretende ser el nuevo referente de la noche coruñesa estarán un target ecléctico que podrá elegir entre una sala para música indie, otra para reggaeton y una tercera electrónica, así como una lámina de agua en forma de piscina que será protagonista en las fiestas de la espuma. Un revival de experiencias que ya ofreció Pachá en la ciudad a finales de los 80.
En pleno debate sobre cómo conciliar la actividad económica, el derecho a pasarlo bien y al descanso vecinal, el grupo inversor tiene claro que el pilar base de la nueva discoteca pasa precisamente por eliminar cualquier tipo de incidencia en esa ecuación. "La filosofía del grupo es no alterar la convivencia ciudadana", señalan fuentes de la iniciativa, que además apuntan a un gran aparcamiento con 2.000 plazas de capacidad.
Con el centro urbano de la ciudad como condición ineludible para la ubicación y descartado el parque comercial Breogán Park, también de próxima apertura, la alternativa más posible se antoja la zona de Oza, donde el pantalán ya cuenta con un referente de conciertos y celebraciones de última hora de la noche. Sin embargo, ese particular es todavía el secreto mejor guardado de cara a la que se antoja gran noticia para el mundo del ocio nocturno en la ciudad.