La Junta de Gobierno local de A Coruña aprobó este viernes el nuevo Mapa Estratégico de Ruido, una herramienta que sirve para diagnosticar el impacto de contaminación acústica que provoca el tráfico rodado y ferroviario, así como el ruido derivado de la actividad industrial.

“Hace casi veinte años que analizamos el impacto de los ruidos en la ciudad”, señaló la regidora. Cada mapa de ruido supuso, dijo, la actualización del conocido como Plan de Acción de Ruido, “que sentó las bases de las medidas a abordar para minimizar, en años posteriores, el impacto de la contaminación acústica en la ciudad”. Este año se estiman en 64.000 las personas afectadas por la contaminación acústica. Una cifra, indicó Rey, “muy por debajo del estudio anterior, de 2016, cuando eran 173.000”. 

Las posibles causas de esta bajada, además de la implantación de la zona 30, podrían ser “las políticas de movilidad sostenible que ya se estaban implantando antes de la pandemia”. Por ello, la ampliación del carril bici y la expansión de BiciCoruña, así como el apoyo al uso del transporte público y la implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), estarían detrás de la mejora en este asunto. 

El Mapa de Ruido estima también que en siete años, entre 2016 y 2023, el tráfico rodado en el interior de la ciudad se redujo en un 12%. “Sabemos que todavía hay mucho trabajo por hacer en este sentido y, por eso, el futuro Plan de Acción contra el Ruido tendrá en cuenta el impacto de vías con más alteración acústica como son la ronda de Outeiro, ronda de Nelle, avenida de Oza, avenida de Finisterre, avenida de Arteixo y el sector del Ensache”, concluyó la alcaldesa.