El primer campo que Johan Cruyff inauguró con su nombre fuera de Cataluña, hace ya once años, vuelve a lucir como el primer día en Novo Mesoiro. Después de años de lucha y de un deterioro más que evidente, el Ayuntamiento ha acometido una intensa reforma, en la que la principal actuación ha sido la instalación de un nuevo césped sintético.
Se trata una vieja reivindicación vecinal, ya que el campo ha cumplido exactamente la intención que llevó al mito neerlandés a llevar su filosofía a un emergente barrio coruñés: servir como “elemento de cohesión social” y “lugar de encuentro seguro, donde los niños hagan amistades y que les anime a jugar al aire libre y donde descubran el valor de la unión”. Esa intensa actividad había llevado a que el césped y el tapete perdieran presencia en favor de los baches y las amenazas para la integridad de los jóvenes, tras más de una década siendo el centro de la actividad lúdica del barrio con más niños de la ciudad. “Había agujeros del tamaño de una persona, pero es que todas las tardes está lleno de niños”, afirma Víctor Lamela, presidente de la asociación vecinal. “No puede reservarse y el acuerdo es que cualquier vecino pueda entrar en cualquier momento y jugar”, añade el dirigente.
El Cruyff Court supuso un desembolso de 113.000 para las arcas municipales en el año 2013, y la presencia de uno de los mejores jugadores y entrenadores de la historia del fútbol es aún recordada en las calles de Novo Mesoiro.
El polideportivo municipal, la inauguración de la pista de patinaje en diciembre de 2022 y ahora la actualización y modernización del Cruyff Court evidencian los pasos al frente del barrio más joven de A Coruña, en el que curiosamente buena parte de los residentes nunca vieron jugar al padrino de su terreno de juego.