El escultor coruñés Manuel Ferreiro Badía acaba de recibir el Premio Internacional de Escultura Ángel Orensanz por su obra ‘Pirine2’, que nace, ha explicado el autor, “de la idea del sonido de la montaña”.

En declaraciones a EFE, Ferreiro Badía ha confesado sentirse orgulloso de haber logrado un “premio que es muy importante” y que otorga “desde hace más de 40 años” el Ayuntamiento de Sabiñánigo (Huesca).

Le resulta poético que, en esta villa de Huesca, por donde pasa el río Gállego, se le otorgue un galardón “a un gallego”, ha indicado.

‘Pirene2’, título de la obra premiada, es, según su creador, “una escultura que en sí carece de volumen”, un cruce de placas que logra la volumetría “con la luz del sol”.

La pieza forma parte de su serie ‘meta[L]origami’, en la que sus propuestas de tendencia ‘minimal’, hechas mediante la técnica del origami, son materializadas a gran escala a través del metal.

Esta obra representa “el sonido de las montañas”, algo que lo ha cautivado: “Siempre me ha importado mucho el silencio que hay en la montaña y también que cualquier sonido que haya se multiplica y se oye desde muy lejos”.

Manuel Ferreiro ha desvelado que esta escultura “se va a situar en una rotonda cerca de un parque dedicado a los Pirineos”, en el recorrido escultórico de Sabiñánigo.

Al artista le hace feliz dejar un trozo suyo en esta parte del mapa porque, ha reconocido, “es importante estar en todos los sitios”.

En ese empeño de dejar huella a través de su obra, Ferreiro tiene actualmente una obra expuesta en un museo Alemania y otra en Nueva York, en el espacio público de Hunters Point South Park, desde donde se divisa una espectacular vista de Manhattan.

“Es importante establecer una unión en cualquier sitio”, ha resumido el artista coruñés, que es miembro electo de la National Sculpture Society de Estados Unidos.