La llegada y permanencia de la lluvia ha ido, como tradicionalmente, unida a la multiplicación de incidencias en el tráfico. Es el caso del punto negro del barrio de Los Rosales, que esta misma semana ha provocado dos nuevos contratiempos a vehículos que se han quedado atrapados y han necesitado de asistencia. 

Hace más de un año que los vecinos denuncian los problemas generados por la canalización de agua de la calle de Simón Bolívar, especialmente en el cruce con la de Emilio González López. En ese punto es habitual encontrarse vehículos mal estacionados y que limitan el campo de visión de los que maniobran para girar. El estrecho margen ha provocado que muchos poco familiarizados con la zona metan la rueda en el la canalización y ya no puedan salir.

Fuentes vecinales asegurar que la llegada del mal tiempo y su previsible permanencia será fatal para la circulación. “Es una demanda histórica y ahora, con el agua que viene del monte y tapa la canalización, se ha vuelto peor”, indican. “Hablamos de, por lo menos, dos o tres coches atrapados todos los meses, y los que llueve aún más”, añaden los residentes.

La anécdota se ha convertido en hábito e incluso un quebradero de cabeza para algunos negocios cercanos, que piden una solución para evitar sustos a sus propias clientes. Cifran en más de medio centenar los coches que han tenido que ser rescatados en los últimos tres años, a veces a base de maña y fuerza entre varios vecinos.

Una vez más, los propios residentes, a través de la asociación vecinal, han registrado una solicitud en el Ayuntamiento, que también hace referencia al mantenimiento y la limpieza de la zona.

Por otra parte, en esa misma zona entre las calles de Simón Bolívar y Emilio González López, los vecinos aseguran que varios portales sufren problemas de baja tensión eléctrica en los días de lluvia intensa.