De unos años a esta parte, los coruñeses se han acostumbrado a vivir en la ciudad con mayor índice de delincuencia de toda Galicia, pero esto ha cambiado con los últimos datos de Ministerio de Interior correspondientes a los seis primeros meses de este año, que muestran que Santiago se ha puesto en cabeza, aunque por unas décimas: 24,19 delitos por cada mil habitantes frente a los 24,18 de A Coruña. Aun así, el problema persiste: en solo siete años, los delitos han crecido más de un 30%.
En efecto: en el primer semestre de 2016 solo se habían registrado 4.494 delitos, mientras que en el mismo periodo de este año han sido 5.918. En el lado, positivo, hay que señalar que se ha experimentado un descenso del 13%, la mayor ajada en delitos de todas las ciudades gallegas, que muestran un comportamiento desigual. Por ejemplo: en Vigo la delincuencia ha caído un 9,6% en estos primeros seis meses del año pero ha subido en Lugo más de un 8% según las últimas estadísticas. El problema es que A Coruña lleva muchos trimestres encadenando subidas, y este descenso no basta para regresar a las cifras que la ciudad herculina disfrutaba hace tan solo unos años.
Examinando los datos del Ministerio del Interior, se saca la conclusión de que la mayor parte de la reducción de delitos se debe a los ciberdelitos. Esta modalidad delincuencial, que consiste sobre todo en estafas a través de internet, ha experimentado un fuerte auge en los últimos años, a medida que crecían fenómenos como la venta online. Sin embargo, ahora parece estar remitiendo, quizá por las medidas de seguridad adoptadas por los usuarios pasando de 1.582 de enero a junio de 2022 a 941 en el mismo periodo de este año. La mayoría (832) estafas informáticas.
Por el contrario, apenas han caído los delitos comunes, que son los que más fomentan la sensación de inseguridad. La criminalidad convencional se redujo en menos de 200 delitos (178). El único delito grave que ha descendido es el de los robos en domicilios, aunque por menos de cien casos. A nivel de la calle, la percepción de peligro no va a bajar, por tanto. Se han visto a lo largo del último mes varias acciones contra okupas que se dedicaban a la venta de drogas en barrios como Monte Alto y hay que señalar que aquí los delitos de tráfico de drogas detectados también han aumentado.
De hecho, pasaron de 22 en los primeros seis meses del pasado 2022 a los 32 de este 2023. Pero, como señalan fuentes policiales, estas cifras no señalan tanto el crecimiento en la venta como un aumento en la presión policial, que ya se había percibido el año pasado con el cierre de más de diez puntos de venta de narcotráfico en pisos.
Examinando los datos también se llega a la conclusión de que han caído las agresiones graves y los intentos de homicidios y de asesinatos también se han reducido a tres cuando en los primeros seis meses de 2022 se registraron diez. En el lado más trágico, se registró un asesinato: una octogenaria de Monte Alto que hallaron muerta en su casa. La Policía Nacional detuvo al sospechoso.