Las denuncias municipales por ruidos cayeron a mínimos en solo un año

Las denuncias municipales por ruidos cayeron a mínimos en solo un año
Las infracciones a la ordenanza de ruidos se han desplomado, pero los vecinos se quejan de focos como las terrazas | Patricia G. Fraga

A Coruña ha vivido un agosto excepcionalmente tranquilo, a decir de los servicios de emergencia. Apenas se han registrado incidencias, a pesar de los grandes eventos y la animada vida nocturna, como por ejemplo las peleas o las agresiones que a veces llenan titulares. Los vecinos de las zonas más agitadas, como el Orzán, siguen quejándose de las molestias del ocio nocturno, pero lo cierto es que cada vez se registran menos denuncias por ruido. De hecho, en solo un año, los datos del 092 recogieron un descenso del 64% en esta clase de incidencias. 
 

La Policía Local distingue entre tres clases de infracciones a la ordenanza de ruidos: gritar y vociferar en horario nocturno, causando molestias vecinales; los procedentes de fiestas en viviendas, en cualquier horario; y los de los locales de hostelería. En contra de lo que pudiera parecer, agosto no es el mes en el que más infracciones de este tipo se registran. En parte, porque gran parte de los efectivos del 092 se encontraban de vacaciones, de manera que cuentan con menos personal para atender las llamadas pero, al mismo tiempo, se hace más vida en la calle, de manera que las molestias domésticas son menores.
 

Lo habitual es que, cada año, la Policía Local recoja cerca de 250 infracciones por este motivo. En 2017 fueron 320, en 2018, 324; en 2020 fueron 257, y en 2021 se registró un ligero repunte de 266. Pero nunca el número de infracciones registradas fue tan baja como el año pasado, cuando solo se tramitaron 96. Fuentes policiales confían en que este año el fenómeno se repita, y que el número de infracciones se mantenga por debajo de los cien. 


Todavía queda mucho año por delante, pero los meses más ruidosos han quedado atrás. Como la mayor parte de las denuncias que se realizan son por fiestas y ruidos en el entorno doméstico, son los meses de peor tiempo, cuando la lluvia o el frío obligan a los coruñeses a mantenerse en sus casas, cuando los agentes municipales reciben más llamadas quejándose de los ruidos que produce el vecino. Es entonces cuando el 092 acude provisto de sonómetros. 
 

Hay que señalar que los ruidos procedentes de la hostelería son los que más han bajado, hasta casi desaparecer. Si se tiene en cuenta que solo se tramitaron cinco infracciones por este motivo en 2022 y que en 2017, por ejemplo, eran 124, se puede tener una idea de lo mucho que se ha avanzado en este sentido. La vigilancia mediante sonómetros, las constantes multas por parte de la Policía Local y la mejora de la insonorización explican este notable cambio. 
 

Quejas vecinales 

No todos consideran que la evolución es positiva. La ampliación de horario de un mes para la hostelería y el ocio nocturno decretado por el Ayuntamiento desagradó a la asociación de vecinos del Orzán que se quejan del ruido generado por los festivales, el cada vez más común hábito de la sesión vermú y el ‘tardeo’ e incluso los usos que los turistas hacen de esa extensión especial.
 

La asociación vecinal del Orzán contestó al anuncio del horario ampliado más duradero en la historia de la ciudad con una propuesta a la inversa: la reducción de dos horas en las licencias que afecten a lo que se denomina Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS). Los residentes vuelven a poner como ejemplo el alboroto que se vive en la plaza de José Sellier. “No puedes abrir la ventana ni dormir una siesta, eso no es descansar en verano”, protestan. Pero las cifras de la Policía Local no les dan la razón: A Coruña se está volviendo una ciudad cada vez más silenciosa.

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