Los formatos íntimos y acústicos suelen dar pie a conexiones diferentes de los grandes conciertos. En el caso de Depedro, le tiende la mano a temas que a veces se quedan “escondidos”. Esta noche (21.00 horas), actúa en el Museo de Estrella Galicia (MEGA).
¿Qué se puede esperar de un concierto íntimo como este?
La música, como parte de la cultura, se descontextualiza a veces. Y es muy interesante. A mí me apetece, me da curiosidad ver cómo se desarrollan los conciertos en sitios atípicos y, sinceramente, me encanta tocar. Me apetece cantar los temas que emocionalmente me han dado tanto.
¿Estos espacios reducidos dan pie a peticiones?
Bueno, en principio no. Lo que sí que hago en este tipo de conciertos acústicos es tocar temas que habitualmente, en formato eléctrico no toco. Tiene ese aliciente, de temas que no es que no me gusten, me encanta tocarlos, pero no tienen espacio. Aprovecho y saco de la chistera alguno de esos temas escondidos.
Viene con ‘Máquina de Piedad’ bajo el brazo. Después de año y medio, ¿cómo ha sido la respuesta del público?
Cuando haces un disco, siempre piensas que es lo mejor que has hecho y, luego, muchas veces, las canciones no se quedan en el repertorio. Pero, en este caso, muchas de las canciones funcionan en directo y eso es indicativo de que se ha conseguido una conexión emocional con el trabajo nuevo, que a veces tiene que competir con temas que ya están incrustados en la memoria de la gente. Pero en ‘Máquina de Piedad’ sí que hay temas que se van a quedar, son canciones que han crecido, me han sorprendido y aguantan y pelean con las otras para tener su espacio
Me encanta el pueblo gallego, la gastronomía, la orografía, el pensamiento, los pliegos de su cultura, siempre descubres algo
¿Qué tiene el público de Galicia para volver tan a menudo?
Estoy muy agradecido, porque me llaman mucho y me encanta el pueblo gallego, la gastronomía, la orografía, el pensamiento, los pliegos de la cultura, que siempre descubres algo nuevo. No sé lo que tiene, pero si me llaman, ¿qué quieres que haga? (ríe).
El proyecto cumple 15 años, ¿qué valoración hace de este tiempo?
Buff, pues que no me podría imaginar en ningún momento que esto me iba a llevar tan lejos, a tocar en tantos sitios, tantos formatos, conocer a tanta gente... es mucho tiempo. Pero tengo la sensación de que aun estoy empezando, que esto recién comienza. No tengo aún asimilado que han pasado ya tres lustros, pero ahí están. Todavía tengo curiosidad y hambre por desarrollar este proyecto, no he perdido ese espíritu.
¿Cuál es el siguiente paso?
Estoy trabajando en un próximo disco y, de momento, estoy muy contento. Ahí estoy, empezando con las especias, hay que poner el condimento.