La calle Barcelona de A Coruña tiene esta mañana un claro protagonista. La administración número 27, La Diosa de la Fortuna, conocía la noticia pasadas las 11.20 horas: había repartido el Gordo de la Lotería de Navidad, el número 05490. El champagne, los aplausos y la emoción no tardaron en llegar, y es que en esta administración, ubicada en las galerías comerciales, ha vendido 450 décimos del gran premio (cada uno agraciado con 400.000 euros), de los cuales unos 300 se repartieron en el restaurante Gaucho Díaz I de Cambre.
En total, 180 millones de euros para vecinos de este barrio, trabajadores y clientes de la parrillada. Cristina y José Luis García, los encargados de La Diosa de la Fortuna desde hace seis años, explicaron que el Gaucho Díaz devolvió números, que posteriormente se vendieron en ventanilla en la propia administración.
"Es uno de los barrios más humildes. Es una alegría porque tenemos una clientela muy fiel y provoca frustración tener que decir siempre que su décimo no está premiado", dijo una contentísima Cristina, que reconoció que repartir el Gordo de Navidad "es el culmen que todo lotero quiere conseguir". Esta administración, además, vendió el domingo una Quiniela de fútbol premiada con 80.000 euros.
Con el paso de los minutos, entre abrazos, aplausos y champagne descorchado, aparecieron dos personas que no podían esconder su alegría. Eran Asunción y Enrique, agraciados con 400.000 euros y con una emotiva historia detrás. "Elegí el número porque mi marido, que falleció hace dos años, cumpliría este año los noventa", relató Asunción Liste, acompañada por su hijo, Enrique Raña, que aseguraba no tener de momento ningún capricho en mente. "Tengo dolor de cabeza. Casi infarto cuando vi el número. Es un bloqueo tan extraño lo que sientes que no sabes si reír, llorar o vomitar", afirmó. El décimo agraciado lo compró Asunción ayer por la tarde.
A escasos metros se escucharon gritos. En el lugar, que resultó ser el Sindicato de Trabajadores de la Limpieza (STL), un tímido Miguel Ángel Sánchez no podía esconder su felicidad por más que quisiera. "Gastamos 9.000 euros en lotería para los trabajadores, pero los números que repartimos no fueron premiados. A mayores, dos compañeros compramos este", indicaba, a la vez que contaba que lo compraron hace unos veinte días en la administración "de siempre". Mientras, sus compañeros gritaban desde la puerta del local de STL: "A ver si nos invitan a unas cañas".
En la Diosa de la Fortuna, además de las felicitaciones de todos los vecinos, también llegaban nuevos clientes, que hacían cola para sellar Primitivas o comprar Lotería del Niño, no vaya a ser que la suerte vuelva a caer en el mismo sitio y les coja de sorpresa.