La iniciativa Empujando Sonrisas concluyó el sábado con éxito. A pesar de la lluvia, poco antes de las nueve de la mañana, los corredores se dieron cita en la plaza de María Pita para recorrer los 70 kilómetros que los separaban de Santiago, siguiendo el Camino Inglés. Hasta 34 relevistas se turnaron para empujar las sillas de Mario y Pedro, de 10 y 21 años.
Ataviados con la camiseta del equipo de corazones amarillo fueron completando uno tras otro, de un total de 18, sin importar la meteorología o el relieve del camino. El corredor más pequeño tenía tan solo cuatro años y el mayor, 60. Este arrastraba una lesión, pero llegó a completar 40 kilómetros. Por el camino se cruzaron con otros peregrinos que les daban muestras de apoyo y cariño. En Poulo, el equipo se resguardó de la tormenta.
Lo hizo en un local social de la mano de la empresa As Puntadas y Louzao contribuyó a la logística cediendo furgonetas para que pudieran relevarse los corredores. Assistens Sport y el grupo de trail Toxos e Birras participaron en los relevos. Finalmente, a las 20.05 horas el grupo entraba a la plaza del Obradoiro de Santiago bajo la banda sonora de las gaitas. Hubo abrazos y sonrisas al superar la prueba y también, aseguran, alguna lágrima.