De la pasión por el blues más primitivo y por el rock y el country más clásicos surgió hace unos años Greasy Belly. La pandemia se cruzó en su camino, pero también les dio tiempo para componer, la otra llama artística del músico. El fruto de aquello vio la luz el pasado septiembre con la forma de ‘Suck the belly in’, diez tracks que surcan los estilos clásicos y que hoy vuelven a poner ante el público del Jazz Café (13.30 horas) para darlo a conocer.
 

Será una propuesta en formato acústico, un estilo “que en un principio no teníamos pensado hacer”, apunta Miguel, uno de sus integrantes. Al principio, para los acústicos que hacían iban dos de los miembros de la banda, pero “como la cosa parece que gusta”, le han dado una vuelta. “Lo que hacemos ahora es ir con toda la banda, trabajamos más los temas y los adaptamos a este formato”, añade.
 

Rememora Miguel cómo todo aquello que escribieron en el confinamiento lo pusieron en común cuando volvieron a ensayar. Paso a paso se fue concibiendo un disco y, “ya que nos metíamos, queríamos hacerlo a la vieja usanza, formato físico y editarlo en vinilo, como se hacía antes”, apunta entre risas Miguel.

Por el momento, el feedback está siendo bueno, “se vendieron un montón de discos, nos pidieron muchos de fuera, muy buenas críticas... estamos muy contentos y esto te anima a seguir haciendo temas”. Y el resultado está siendo todavía mejor teniendo en cuenta “que estamos haciendo un estilo de música que ya no tiene el auge que tenía en su día, al final es un concepto muy clásico del rock, hacemos un rollo de raíces muy clásicas”, apunta con una sonrisa Miguel, mientras recuerda como sus temas pasan por el blues o el country.

Unos inicios marcados por la pasión por el rock clásico

Su pasión por estos estilos, asegura entre risas, viene, “primero, por edad, ninguno somos unos niños ya”. En segundo lugar, “porque es lo que llevas mamando desde pequeño”. Y es que el empezar escuchando ese rock de los 70 hace que las composiciones se escapen hacia ese lugar del tiempo: “Te sale de forma natural, pillas una guitarra, te pones a escribir una canción y te sale lo que llevas mamando desde pequeño”.

A través de una tercera persona, él y David se juntaron para “tocar versiones de country más clásico” en los bares. Un día David comentó la posibilidad de meter un batería, “y dije: ‘Si metemos batería, ya metemos también bajista y hacemos una banda’”, rememora entre risas. Así se unieron, “de forma muy fácil y natural”, Alberto y David. Ahora, la próxima meta es seguir defendiendo el trabajo, rodarlo en 2024, para en el futuro grabar un segundo.