Aunque la atención se centre en Los Cantones, la obra de humanización va más allá. Como señaló la propia alcaldesa, Inés Rey, comenzó en la calle Compostela, que calificó de la “humanización más exitosa del mandato pasado”. Aunque relativamente modesta en tamaño, peatonalizar esta vía benefició mucho a una zona comercial tan importante como la plaza de Lugo. En las próximas fases no solo se reformará todo el espacio hasta Juana de Vega, sino algunas calles adyacentes, como Santa Catalina, que ahora soporta un fuerte tráfico por los desvíos de San Andrés, y la calle de Entrejardines, donde ahora estacionan los autobuses interurbanos.

La peatonalización de Santa Catalina será parcial, puesto que seguirá funcionando como un desvío para San Andrés, que pierde todo su estacionamiento, pero por donde se podrá seguir circulando. En cuanto a los autobuses de Entrejardines, su nueva parada se encontrará en la calle de  Alcalde Manuel Casás, aunque se trata de un emplazamiento provisional, a la espera de que se finalice la estación intermodal, cuyas obras también avanzan a buen ritmo.

Zona de estancia

Mención aparte merece la plaza de Mina, porque marcará el final de la zona peatonal, y por donde pasan miles de vehículos. En un principio, se hablaba incluso de crear una zona con bancos, circular, con un banco corrido para que deje de ser un lugar de paso  por donde a diario pasan cientos de coruñeses para convertirse en un lugar de estancia.

Otra calle escasamente mencionada, pero que también se beneficiará de las reformas en la zona, es la rúa Alta. Esta pequeña vía de aceras estrechas, por donde circula bastante tráfico, se peatonalizará en su tramo entre San Andrés y Cordelería. De esta forma, se trata de unir Los Cantones con el Paseo Marítimo, las dos zonas de ocio de la ciudad.